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jueves, 2 de mayo de 2013



Mi accidente y Yo

Por Yoli de Mallén

¿Quién no ha experimentado un accidente?

Les narraré el mío…

Todo sucedió el miércoles 6 de Marzo del 2013, salíamos del  templo de nuestro tiempo de Oración Congregacional e Instituto Bíblico.  Terminamos temprano en la noche, pero nos retrasamos un poco por una conversación pendiente de mi esposo  ( el Pastor) con un joven diácono de la Iglesia.
Fuimos los últimos en salir, pero aún así era joven la noche para llegar a la casa preparar cena y arreglar algunas cositas pendientes para el jueves.

Veníamos como es lo usual conversando, mi esposo y yo, de lo sucedido y lo pendiente; veníamos transitando tranquilamente en nuestro vehículo, eran eso de las 9:30 pm; cuando sin esperarlo por nuestra izquierda en el carril contrario, frente a nosotros,  viene rebasando a un carrito pequeño por la derecha,  un vehículo grande y venía a exagerada velocidad. En su intento de rebasar el carrito se sube en el contén de la acera perdiendo el control, se voltea el carro y es disparado como una bala directamente hasta nuestro carro dándonos de frente un inevitable impacto mortal.

Solo recuerdo haber  visto esa luz del vehículo venir hacia nosotros y oír a mi esposo José decir… “nos dio”…luego un gran golpe.

De ser una mujer en perfecto estado de salud, para mi edad,  pasé en solo un instante a ser el organismo más adolorido e inmóvil que jamás olvidaré.
Todo se había detenido con el golpe, estaba oscuro, no entendía bien en qué lugar de la avenida nos encontrábamos, pero sí sabía todo lo que nos había ocurrido. Pude ver a mi esposo salir del carro a tratar de buscar ayuda y llamar por celular a nuestros hijos para reportarle del accidente.

 Pero yo no podía hacer lo mismo, no podía casi ni respirar, no podía hablar, no podía moverme; un dolor exagerado desde el cuello hasta la cintura me llevó a pensar que tenía todo mi interior completamente destruido,  por lo  que con toda claridad de mente, pensé me quedaba poco tiempo consciente; pues se me iría yendo lentamente la respiración,  lo cual me provocaría un leve mareo por la falta de oxígeno  y allí  terminaría mi vida aquí en esta tierra; y comenzaría mi eternidad  tan esperada.

Fue un perfecto momento para arreglar cuentas y entregarle mi poca vida restante a mi Señor, pedirle perdón por mis pecados sin confesar, darle las gracias por todo lo que me había permitido vivir, porque había llegado el momento esperado donde lo vería cara a cara y todo sería rápido; le di las gracias por la paz, tranquilidad y  confianza con que esperaba esa partida para estar con El y por el Gozo que sentía por encima del dolor tan intenso que sufría.

Esperé y esperé…. Pero no me iba.

Oí a mi esposo que me decía: Yoli tienes que salir del carro pues está botando mucho humo y tememos que pueda incendiarse. Pero yo no podía respirar bien, no podía hablar, no podía moverme, no podía ni siquiera salir del carro por mi misma.

Apenas me quité el cinturón de seguridad y sentí un señor fuerte que me sacó del carro y me cargó hasta colocarme en la acera un poco apartada del vehículo,  que había quedado destrozado tanto en la parte del frente como por la parte trasera.

Allí permanecí inmóvil con extremo dolor y dificultad respiratoria, sin querer que nadie me moviera sino esperando por una ambulancia, que viniera a nuestro rescate. Se acercó mucha gente, la cual solo escuchaba de lejos pues mi dolor concentraba toda mi atención.

Empezaron a llegar conocidos y a tratar de ayudar, llegó nuestro hijo menor que vive muy cerca del lugar, ya mi esposo no estaba solo, pues el también había recibido golpes igual que yo, aunque no parecía estar tan mal.

También llegó nuestro pastor, hijo y doctor Narciso, se sentó a mi lado y sus preguntas me permitieron dar cuenta que parecía que Dios me había dejado, por lo menos por una rato más pues: estaba respirando, difícil, pero lo hacía, no había perdido conciencia, no tenía dolor en la cabeza, no tenía nauseas, no había vomitado, no había heridas abiertas, movía las manos, los pies, con dificultad pero lo hacía. Dentro de lo malo, habían cosas muy buenas que podía lograr.

A Su tiempo, fuimos trasladados por una ambulancia (creo por lo que me dijeron de los bomberos), muy diferente a como se ve en las películas, pues me subieron a una camilla, con una almohada de toalla, y entre tumbos y brincos de la carretera, sin inmovilizador de cuello, sin oxígeno, y no sé si me amarraron pues mis manos venían sueltas… eso sí con la sirena y con José agarrándome la mano sentado en un banquito a mi lado ( siendo el también otro accidentado sin recibir ninguna atención) por fin llegamos a Hospiten.

Allí recibimos como Dios lo dispuso, las atenciones de lugar, los chequeos, exámenes, radiografías, placas, sonografías, tomografías,  todo entre los médicos, hijos, amigos, hermanos en Cristo de ICC y de otras iglesias que nos acompañaron.

Luego de un estudio minucioso llegaron a un diagnóstico  final: tenía 3 costillas fisuradas, un derrame pleural en el pulmón izquierdo, magulladuras en las piernas, pies, brazos, cintura y latera del pecho, vidrios enterrados en la planta del pie derecho, todo debido al impacto del cinturón de seguridad y la bolsa de aire, aparte de la cajuela que cayó sobre mis piernas con el choque.  José  tenía la mano izquierda totalmente magullada e hinchada al igual que una rodilla, totalmente inflamada.

Pero gracias al Señor no teníamos ningún hueso roto, ningún órgano lastimado, ninguna herida abierta,  ningún sangrado (aparte del pulmón).
El versículo del Salmo 139:5 que dice,

detrás y delante me rodeaste y sobre mí pusiste tu mano, tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí, alto es no lo puedo comprender”




Daba vueltas en mi cabeza, cobrando un significado especial, al poder ver el Milagro que el Señor había hecho con nosotros dos, Su cuidado y protección tan especial, estando tan cerca de la muerte; viendo el carro tan destruido totalmente  excepto nuestros dos asientos, nuestra dos puertas y nuestros cinturones (pues no tuvieron ni  que cortarlos, funcionaron perfectamente), esto fue lo único que sirvió de todo el vehículo ( pues hasta el seguro lo declaró pérdida total).

Ya estando internos en la clínica ambos en la misma habitación, por 9 largos días, pudimos ver claramente; que el Señor tenía propósitos para mantenernos con vida y para estar en ese lugar precisamente al lado de todos quienes nos asistieron.  Me tuvieron que drenar el pulmón por seguir llenándose de sangre, pero luego de esto comenzó una mejoría notable.

Estoy convencida y Gozosa de estar en Su voluntad, de que el Señor me dejó viva por un  tiempo más, definitivamente no era mi tiempo de partir todavía. El fue que lo dispuso así, y le estoy agradecida de corazón.

¡Gracias Señor por mi accidente!

Estoy muy complacida de estar incluida en Sus Propósitos y Planes; por tanto es mi único deseo todos los días que me resten; que desde ya los siento como “Días extras” que pueda ser utilizada por mi Señor.

Que todo lo que hable, piense, haga, pueda ser con solo el propósito de reflejar la Gloria de Aquel que me dio la Vida y la Salvación, al Único y Sabio Dios, mi Amo y Señor, el que reina y reinará por los siglos y los siglos. Amén.

3 comentarios:

  1. Impresionante testimonio hermana Yoli, me emocionó, me impactó y me llevó a darle la gloria a Dios por su vida y la de su esposo. Le doy cariños y qué Dios la bendiga junto a sus seres amados. Tere de Argentina.

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  2. Es maravilloso saber que los propositos de Dios son grandes y ocultos que no conocemos y que Dios esta dispuesto a bendecirles siempre y guardar nuestro deposito hasta que el venga, esperando que Dios siempre les ayude a mantenerse de pie hasta que el quiera no importando la situacion, ustedes siempre tendran un sumo gozo, la paciencia para esperar en el, la sabiduria de el para ser guiados, la fe genuina para vencer todas dificultades,
    Gracias le doy a Dios por la proteccion que recibimos de el cada dia, porque el sabe que es mejor para sus hijos. Romanos 8:28
    Dios te bendiga yoli
    Att: Anyoly Rivera de Figueroa

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    1. Bendito sea por siempre nuestro Dios! Que maravilloso es! Al igual que ustedes pude ver como el Señor me libró de un accidente aparatoso.Me pasó pero también fui librada de la muerte.El está en absoluto control!!!!

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