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lunes, 16 de septiembre de 2013


“Las Buenas Costumbres”

Por Yoli de Mallén

Aunque no parece un tema tan espiritual, trataré de ubicarlo, púes más bien estoy complaciendo peticiones y solicitudes.  De las cuales me siento más que agradecida; primeramente a mi Dios por ayudarme cada vez que busco mi bolígrafo y empiezo a escribir; y a tantas personas que tan gentilmente me hacen comentarios positivos de mis artículos; y que sin saberlo, me siguen animando para escribir más y de diversos temas.

Desde muy pequeña he venido oyendo la importancia de conservar las Buenas costumbres; aquellas enseñanzas morales y de etiqueta y protocolo que tanto en la escuela, pero sobre todo en la casa con mi madre cuando me las “Cantaleteaba” y exigía. Lo cual hoy agradezco sobremanera que así fuera, pues cuando veo a mi alrededor, a veces me siento como un tuerto entre ciegos.

Ya hoy día, muchos se han olvidado de las Buenas Costumbres, de las cuales trataré de recordárselas citando solo algunas:

1.    Ya No se para nadie a dejarle su asiento, si aparece un anciano o una embarazada. Y mucho menos dejarle su lugar en la fila.
2.   Todos quieren hablar alto y al mismo tiempo, sin dejarle lugar al otro, ni si quiera para oírle.
3.   El impedido (ciego o inválido) que se las averigüe solo, el mundo anda muy aprisa y ellos estorban.
4.   Al que te pide en la calle, ya no se le da, pues nunca andamos con menudo, además seguro es para drogarse o bebérselo.
5.   Nadie cede el paso, manejando. Todos queremos llegar y pasar primero.
6.   Los niños controlan a sus  padres y los manipulan, a base de rabietas en los lugares públicos.
7.   El comer en la mesa con toda la familia ya pasó de moda. Nadie por tanto sabe usar los cubiertos, ni las copas, ni mucho menos conocen las pautas básicas del comportamiento en la mesa.
8.   Nadie ya escribe cartas o notas de agradecimiento, pues ahora todo es por celular o chateo.
9.   El caballero que gentilmente pagaba la cuenta en un restaurante, se cambió por la ejecutiva que da un tarjetazo.
10.                Los padres reuniéndose en familia con sus hijos a comer al mediodía, luego del colegio; se cambió por un “sándwich” en el pasillo de la oficina y los niños con la sirvienta en casa solos, hasta la noche.

¿Y dónde han quedado las Buenas Costumbres?

Dice 1ª a los Corintios 15:33,

15:33 Pero no se dejen engañar; las malas compañías, dañan las buenas costumbres.

¿Es que nos hemos dejado llevar de la corriente de este mundo?
¿Ya no vamos a enseñar a nuestros hijos los principios básicos que una vez aprendimos?
¿Y nuestros nietos, y demás generaciones, qué será de ellos?
¿Lo has pensado alguna vez?
¿Qué legado le dejaremos, al respecto?
¿Ni una bonita mesa sabrán servir?

Y hablando de servir una mesa, recordemos algunas pautas básicas indispensables que no podemos olvidar:

·         La servilleta se coloca en el mismo lugar, para cada puesto; pero va en las piernas cuando comas.
·         Si es una mesa que tiene varios platos de entrada, empezarás usando los cubiertos de afuera hacia adentro según los platos que traigan.
·         Copas, vasos y tazas, irán arriba del plato a la derecha.
·         Si estas sirviendo como mozo, servirás por tu derecha y recogerás por tu izquierda.
·         Debes comer todo lo que te sirvas, dejarás muy poco en tu plato, solo como señal de estar satisfecho.
·         Terminarás de comer con los demás integrantes de la mesa, no comas tan rápido ni tan despacio.
·         No beberás mucho entre la comida.
·         No debes levantarte de primero en la mesa, espera al resto.
·         Debes comer con la boca cerrada y no hablar mientras comes.
·         El centro de mesa debe permitir la visibilidad de los integrantes.
·         Si tomas sopa no puedes sonar la cuchara.
·         El palillo y el hilo dental NO se usan en la mesa.
·         No te recuestes de la silla mientras comes, solo al final como señal de que terminaste.
·         Los cubiertos se dejan sobre el plato ambos juntos, cuando terminas de comer.
·         La servilleta se coloca de nuevo en la mesa al terminar, NO tiene que ser dobladita.
·         Si estás en una mesa y NO sabes qué hacer, solo observa los que están a tu lado tranquilamente, espero no estén igual que tú.
·         Si se te cae algo al suelo, déjalo ahí.
·         No trates de comer bocados muy grandes.
·         Pide excusas si tienes que levantarte de la mesa, antes que los demás.
·         Solo te servirás con los cubiertos destinados para servir cada plato, nunca con los tuyos.
·         Nunca se recogen las sobras de los platos, en la mesa, delante de todos.
·         En un puesto sencillo: el tenedor irá a tu izquierda y el cuchillo con el filo hacia adentro del plato a tu derecha. La servilleta y la cucharita de postre irán donde gustes, pero todos los puestos iguales.
·         Si sirves postre con almibar usarás cucharita,  pero si es seco puedes usar el tenedor pequeñito.
·         La anfitriona debe indicar dónde deben sentarse sus invitados.
·         La anfitriona sirve primero, para demostrar cómo deben hacerlo; luego de explicar brevemente en qué consiste cada plato que ofrece.
·         Nunca recogerás la comida si alguien aún está comiendo.

¡Cómo podemos olvidar estas Buenas Costumbres en la mesa!

Si dentro de muy poco estaremos participando de la mejor cena jamás imaginada… La Gran fiesta de La Cena de Las Bodas de Cordero, así nos invita el Libro de Apocalipsis 19,

19:9 Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.

Donde el mismo Señor Jesucristo será el novio y su iglesia amada será su esposa pura y sin mancha, la cual él mismo compró con su preciosa sangre, (nosotros los creyentes).
Donde el mismo Señor Jesucristo cenará a nuestro lado.

¡Qué Honor tan grande…Gracias Señor mío, porque yo recibí esta invitación y acepté!

¿Y tú?
Si por casualidad no has recibido Su Invitación, todavía estás a tiempo…
Solo escucha las palabras de Jesús, y ábrele las puertas de tu corazón.

En Apocalipsis 3, el mismo Señor Jesús te dice,

3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

No desaproveches esta invitación.


El cupo es limitado.

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