Un blog con contenido bíblico para cubrir las necesidades espirituales de la mujer de todos los tiempos.
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viernes, 23 de noviembre de 2012




Hagamos el Bien

Por Yoli de Mallén

¿Cuánto bien podemos hacer en esta vida?
¿Dependerá del bien que hagan conmigo?
¿Dependerá de cómo me siento?
¿Dependerá si tengo  o no dinero suficiente?
¿Dependerá si soy joven o vieja?

Cuando Dios me dice en Su Palabra, en 2 Tesalonicenses 3:13,
“Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien”

¿A qué será el BIEN que se refiere?
Creo que hay mucho BIEN que podríamos incluir.

Pondré a volar a volar mi imaginación y compartiré contigo todo lo que se me ocurra.
¡Hoy tomaré la decisión de Hacer Bien!

1.    Oraré por todo el  que me lo pida y lo necesite.
2.    Si sé de un hermano o amigo enfermo, lo visitaré o lo llamaré por teléfono.
3.    Si me piden ayuda para una buena causa, cooperaré con lo que pueda.
4.    Si sé de alguien que esta de cumpleaños, trataré de felicitarlo y desearle ricas bendiciones para su vida.
5.    Si me encuentro con un hermano, lo saludaré con el amor que Cristo demanda.
6.    Si veo a alguien que va muy cargado a mi lado, lo ayudaré.
7.    Si van a mi lado, abriré la puerta y los dejaré pasar primero.
8.    Si alguien hace algo por mi, con una sonrisa le daré las “GRACIAS”.
9.    Si me piden algo prestado, trataré de dárselo no pidiéndolo de vuelta.
10. Trataré de ser hospedador, cuantas veces se requiera, y lo haré sin murmuraciones.
11. Si alguien me pide dinero, trataré de darle algo siempre que pueda, aunque no sea dinero.
12. Si llaman equivocado por teléfono, le contestaré con cortesía, respeto y paciencia, es más aprovecharé la oportunidad de hablarle de Cristo  y su amor.
13. Si por alguna razón me hablan o responden mal, permaneceré callada y tranquila sin provocarle a mayor ira.
14. Si alguien me manifiesta su  necesidad, no cerraré mis oídos, si no trataré de ayudarle hasta donde pueda.
15. Si me llaman o requieren, responderé prontamente y de buen gusto y disposición.
16. Si me tropiezan, aceptaré sus disculpas y no me molestaré.
17. Si veo un anciano de pie, aún sea yo mujer, le daré mi asiento.
18. Si puedo servir y ayudar, lo haré.
19. Si algo se cae a mi lado, trataré de alcanzarlo y pasarlo a su dueño.
20. Mostraré gozo y una sonrisa genuina a cada alma abatida que encuentre.

Esto es solo dejar volar mi imaginación en cosas simples del diario vivir.
Y ver cómo podemos hacer BIEN en todo tiempo.
Es un mandato de la Palabra de Dios, para que lo pongamos en práctica y no solo leerlo y nada más.

La Biblia también habla de que no lo hagamos al otro lo que no quisiéramos que nos hicieran. Es un principio que va de la mano con el que mencionamos, pues nadie quiere recibir de continuo mal.
El no cansarnos de hacer bien, nos llevará a experimentar un gozo genuino y duradero, paz, paciencia, a ser bondadosos, y benignos; a vivir una vida en Santidad que Honre y Glorifique al Dios Verdadero.

También nos llevará a sembrar correctamente para después cosechar lo que queremos recibir.

No dilatemos en obedecer la Palabra y la orden de Dios.
Verás cambios en tu vida, cuando empieces a ser una hija obediente.

Te invito a empezar, ahora mismo…

miércoles, 7 de noviembre de 2012




“La que quiere moño bonito… aguanta jalones”

Por Yoli de Mallén

Este refrán que utilizo como título a este artículo es uno que he escuchado desde muy pequeña, sobretodo mientras mi madre me desenredaba el pelo para peinarme.

Luego, yo misma lo utilicé muchas veces con mis hijas mientras trataba de peinarlas y desenredar nudos en sus cabellos; sobretodo si estábamos de prisa para llegar temprano a algún lugar, ya fuere el templo, el colegio o cualquier otra salida con hora exacta.

Pero el refrán:”La que quiere moño bonito… aguanta jalones”, no solo se refiere al tema de nudos en el cabello; tiene un significado mucho más amplio.

Se refiere, a pasar por tiempos no tan agradables, ni placenteros, ni cómodos con tal de la mujer lucir bien o aceptable, en el lugar donde se encuentre, ante la Sociedad que la observa y la examina detenidamente.

Para tratar de darles más claridad a mi definición intentaré hacerles ver, utilizando su gran imaginación en un simple caso en particular.
Imaginemos a una joven casada que recibe una invitación de su mejor amiga para asistir a su boda, que se efectuará dentro de un mes.

Desde aquí comienzan los “jalones” para lograr lucir bien y tener “el moño bonito” ese día.
Veamos algunas cositas (no tan placenteras) a las que ella se enfrentará, “pero todo sea por la belleza”:

1.   Empezará rápidamente una dieta, adiós a las pastas y dulces, pues querrá que su amiga vea que se mantienen en la línea, que no se ha descuidado al casarse.

2.   La elección del vestido a usar en la boda será complicada:
a)   Si es largo y estrecho tipo sirena, no podrá caminar.
b)   Si es con un abierto en la falda, no podrá sentarse cómoda.
c)   Si es escotado, no podrá bajarse frente a nadie.
d)   Si tiene manga estrecha, no podrá subir los brazos con facilidad.
e)   Si se le pega, debe usar faja para cuidad las masitas extras.
f)    Si es estraple, se le marcarán los salvavidas y brazos gordos.
g)   Si es muy desnudo, se morirá de frio.
h)   Si tienen cola, se la pisarán seguro.
i)     Si es una mini falda, necesitará unas medias negras para disimular, aunque se ahogue del calor.
j)     Si es transparente, tendrá que ponerse doble ropa.

3.   Los zapatos deben ser por supuesto, tacos altos, así serán más elegantes; aunque antes de la media noche, tenga que andar descalza o llevar otras sandalias de goma en una fundita o bolsita aparte.

4.   Irá al salón de belleza o se lavará bien su cabello con un buen tratamiento de rico olor; pero luego la llenarán de trencitas y un moño alto bien cubierto de “spray” o fijador. Cuando todo termine tendrá posiblemente que volverse a lavar la cabeza, luego de sacar como una caja de pinchos que no la dejarían dormir ni un segundo, si decidiera dejárselo.

5.   Se arreglará las uñas de manos y pies y las pintará igual al color del vestido, pero luego ya no van con las demás ropas y tendrá que cambiar el color.

6.   Se hará una limpieza de cutis para sacar poros negros y tapados a base de tratamientos, calor, cremas y demás. Se sacará las cejas… !Qué horror!
Pero todo esto es para el día de la boda, untarse bien una base que aguante toda la noche un tremendo maquillaje; sombras de ojos, delineador, pestañas postizas, colorete, delineador de labios, pinta labios, perfume, cremas, y loción del cuerpo, etc.

7.   Todo esto también incluirá un buen baño de agua caliente, donde se afeitará las axilas y las piernas y cualquier otra cosa que considere.

8.   Ya lista, vestida por completo, solo le faltan los largos aretes de presión, que a la hora de usarlos, le duele hasta la muela, de lo que le aprieta la oreja.

Mientras tanto… a diferencia tenemos al esposo; se baña, se cambia, se arregla la corbata y  ¡ya está listo!

Todo lo que hemos mencionado parecería ser para una sola ocasión… ¿Pero es solo para un día?
¿Cuántas veces repetimos esto las mujeres para tratar de estar acordes y lucir bien ante la sociedad y el mundo que nos rodea?

Cada día la mujer se introduce y participa de más y más “jalones”, padecimientos y sufrimientos para ser aceptada por el resto.
Desde que nacemos:

A.   Nos perforan las orejas para tener aretes y vernos femeninas, sin que nos confundan.

B.   Nos grapan y pegan lazos, bandas y flores más grandes que nuestras cabezas.

C.   Nos visten con encajes, alforzas, piqué, seda cruda, organza almidonada, telas tostadas, cretonas, “todo por la belleza”.

D.  Nos hacen rizos o nos desrizan, nos hacen moños o trencitas.

E.   Usamos pulseras, collares, bufandas, pañuelos, carteras (cada vez más grandes y pesadas).

F.   Nos pintamos el pelo, nos hacemos mechones de colores,  nos recortamos de modalidades diferentes, “todo por la moda”.

G.  Nos amarramos extensiones para cuando la moda es del pelo largo, aunque nos duela la cabeza por tres días.

H.  Y qué decir de las cirugías plásticas… en la cara, labios, cuello, nariz, parpados, senos, vientre, glutios etc.

Pero… ¿Qué pasa con nosotras las mujeres?
¿Es que nos gusta sufrir, que nos torturen y ser mártires?

Pero bueno, las entiendo perfectamente y me uno a la causa, porque estoy dentro del mismo grupo.

Hermanas, debemos buscar por todos los medios, la vida equilibrada.
Proverbios 31:30 dice,

“Engañosa es la gracia y vana la hermosura,
la mujer que teme a Jehová, esa será alabada”.

Debemos ser verdaderas mujeres, y parecerlo; somos del sexo femenino, marquemos una diferencia clara con el hombre del sexo masculino.
Pero cuidado con aferrarnos demasiado con ser aceptadas a un mundo caído y no  en centrarnos a ser aceptadas ante el Dios que nos creó; El cual no mira lo que mira el hombre, sino que mira el Corazón.

Busquemos un equilibrio que nos permita ser femeninas y a la vez, dignas representantes de la mujer que somos; pero también que destaquemos los más bellos adornos y accesorios del corazón que agrada a Dios, que son: la bondad, benignidad, gozo, paciencia, lealtad, fidelidad, amor, paz, templanza, fe… que estos nos resalten lo suficiente para dejar ver la clara imagen de quien representamos; a nuestro Amado, Señor y Salvador Jesucristo.

Solo así le daremos toda la Honra y la Gloria que se merece, y estaremos listas para Su venida, que es ya, “de repente”.

“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y que venga de repente sobre vosotros aquel día” (Lucas 21:34).

Estamos a tiempo…