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jueves, 15 de diciembre de 2011




Visitas… y algo más

Por Yoli de Mallén

Cuando pensamos en visitas, que hemos recibido, normalmente podemos concebir 2 formas: aquellas visitas avisadas, donde tu esperas el momento, sabes el motivo y conoces quienes te visitarán. Pero también están las visitas inesperadas, donde no sabes ni el momento, ni conoces los motivos, ni sabes quienes  vendrán.

El poder esperar una visita nos ayuda a prepararnos, podemos arreglar todo y tenerlo listo y en orden.  Podemos limpiar y arreglar nuestra casa, ponemos flores, pintamos, hacemos compra, nos da tiempo de vestirnos apropiadamente, dormir los niños si fuere necesario, preparar la comida o aquello que brindaremos, podemos poner y servir la mesa, en fin, prepararnos a recibir nuestra visita.

Si recibimos visitas de manera inesperada, será totalmente una SORPRESA, no estaremos preparadas, podemos fallar con los detalles, algo puede faltarnos, no tendremos nada listo, no estaremos vestidas apropiadas, la casa no estará en su óptima condición, la comida no alcanzará, todo será improvisado y en el último momento.
Normalmente toda visita tiene sus motivos por la cual se hace, a veces son buenas noticias, agradables, algo que esperamos suceda; otras pueden ser desagradables, lo que llamaríamos malas noticias.
Cuando hacemos visita es muy común el no llegar con las manos vacías, por lo que solemos llevar algún regalo apropiado, ya sea flores, un postre, galletitas, un plato para acompañar con la comida, un adorno para la casa, un refresco etc. Algo que pueda agradar al que nos realizó la invitación.

Normalmente a todo el mundo, salvo muy raros casos, le agrada que le visiten ,es un momento de compartir con aquellos que conocemos y amamos.
Algunos preferimos las visitas avisadas para no estar desprevenidos; pero a otros no les molestan tampoco las visitas sorpresas, pues dejan su “sabor diferente”; aquello inesperado.
En la Palabra de Dios se registran algunas visitas que dejaron huellas, veamos:

1.    La Reina de Saba visitó al Rey Salomón en una ocasión, intrigada por la fama de  ser el hombre más sabio del mundo. (1 Reyes 10:1)
10:1 Oyendo la reina de Sabá la fama que Salomón había alcanzado por el nombre de Jehová, vino a probarle con preguntas difíciles.

Ella en su viaje, trajo diferentes regalos para su visita; oro, piedras preciosa, especias etc. (1 Reyes 10:2)
10:2 Y vino a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, y oro en gran abundancia, y piedras preciosas; y cuando vino a Salomón, le expuso todo lo que en su corazón tenía. 

Su motivo fue probar la fama de que Salomón era el hombre más sabio sobre la Tierra. Eso lo comprobamos en el verso 6 y 7.
10:6 Y dijo al rey: Verdad es lo que oí en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría; 
10:7 pero yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto que ni aun se me dijo la mitad; es mayor tu sabiduría y bien, que la fama que yo había oído. 


Como resultado, vemos en el verso 9 que Bendijo, alabó y exaltó el Dios de Salomón, Jehová Nuestro Dios.
10:9 Jehová tu Dios sea bendito, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel; porque Jehová ha amado siempre a Israel, te ha puesto por rey, para que hagas derecho y justicia. 

2.    La virgen María luego que concibió del Espíritu Santo a Jesús, visitó a  Elisabet su prima, quién tenía tres meses de embarazo de Juan el Bautista (Luego de haber sido una mujer estéril). Lucas 1:39-40
 1:39 En aquellos días, levantándose María, fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá; 
1:40 y entró en casa de Zacarías, y saludó a Elisabet.


Su motivo fue compartir con su prima las buenas nuevas de ser la futura madre del Mesías prometido, y posiblemente afrontar el mundo con esta noticia inesperada, al lado de sus seres queridos y familiares.

El resultado; alabaron y glorificaron al Dios  Todopoderoso por las grandes maravillas que había hecho en sus vidas, así lo vemos en la oración de María, versos 46 y 47.
1:46 Entonces María dijo:
Engrandece mi alma al Señor;
1:47   Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.


3.    Los Magos del Oriente visitan al niño Jesús estando ya en su casa  junto a su madre  María. (Mateo 2:1)
1 Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,

Su motivo fue  verificar lo dicho por el profeta Miqueas en las Escrituras, como dicen los  versos 5 y 6.
2:5 Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
2:6 Y tú, Belén, de la tierra de Judá,
No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
Porque de ti saldrá un guiador,
Que apacentará a mi pueblo Israel.


 Los Magos fueron guiados por la estrella y sus regalos al niño Jesús fueron; oro, incienso y mirra por lo que la tradición cuenta que eran tres Reyes Magos, pero La palabra de Dios solo  afirma que eran: Magos, y no reyes, por su conocimiento; que fueron  oro, incienso y mirra, los regalos y que No visitaron el pesebre sino a Jesús en su casa.

El resultado de la visita fue: Adorar al Dios Vivo y glorificarlo como Rey, así nos dice el verso 11.
  2:10 Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.
  2:11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.


¡Qué interesante el poder observar que todas y cada una de las visitas que escogimos como ejemplo tuvieron el mismo resultado! ¡ALABAR Y GLORIFICAR AL ÚNICO DIOS!

Pero no puedo terminar, sin dejar de hablar sobre una visita que aún falta, donde todos los seres vivientes seremos afectados, será una visita sorpresa, pues nadie sabe ni el día ni la hora; estoy hablando de la Venida de Nuestro Señor Jesucristo, cuando descienda del cielo, a buscar a Su Iglesia.

Pero algo interesante… aún siendo sorpresa Sí podremos estar preparados desde ahora, pues solo nos iremos con El, aquellos sellados con el Espíritu Santo de la Promesa, todos lo que lo hayamos confesado como nuestro Amo, Señor y Salvador de nuestras vidas.

Desapareceremos en un abrir y cerrar de ojos luego de un hermoso sonido de trompeta, y así estaremos siempre con el Señor…
1 Corintios 15:52 y 1 Tesalonicenses 4:16 y 17 dicen perfectamente lo que me refiero:
15:52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
4:16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 
4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.


¿Cuál será el resultado de esta visita?
Para los que se pierden será CAOS Y CONFUSIÓN, pero para los redimidos, será el mismo resultado de todas las visitas mencionadas anteriormente:
¡ALABAR, ADORAR Y GLORIFICAR  AL ÚNICO DIOS!

Oh VEN Señor Jesús… te esperamos.








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