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jueves, 15 de marzo de 2012



¿Perdonar … Yo?
Por Yoli de Mallén

Sé que me puedes entender perfectamente si te digo:
“Que bueno es, que alivio se siente, que descanso interno, que paz y tranquilidad experimento cada vez, que soy perdonada. Cada vez que cometo un error o me equivoco y puedo recibir el perdón de aquel a quien agravié.

Pero… que difícil se me hace pedir perdón cuando soy yo la que ofendo, maltrato de palabras, hiero a quienes amo, maldigo, actúo incorrectamente.

Desde muy niños podemos observar qué difícil y casi imposible es para un niño pedirle perdón a abrazar en señal de reconciliación aún a su hermanito. La palabra perdón no puede salir de sus labios con soltura ni con facilidad.
Que difícil se hace reconocer que nos hemos equivocado,  casi siempre buscamos la manera de justificarlo y ver en quien más puede caer la culpa que no sea en mí.

Por esto nos resulta tan impresionante la Obra de Dios cuando abre nuestros ojos y nos deja ver nuestra condición de pecadores, imperfectos, indignos, asquerosos, sucios, podridos, no aptos para estar en Su Presencia Santa y Limpia. Cuando por Su Inmensa Misericordia nos hace entender que necesitamos ser limpiados, perdonados para poder llegar a estar cerca de un Dios completamente Limpio, Tres veces Santo y sin pecado.

¿Quién nos puede lavar nuestros horrendos y graves pecados?
Solo Cristo.
Dice Romanos 5:8;
5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 
Y Apocalipsis 1:5;
1:5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, 

Solo la obra de Cristo en la cruz a nuestro favor nos puede dar la entrada al Cielo, y a la vida eterna.
Romanos 6:23 dice
6:23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
1 de Juan 1:9 confirma
1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Luego que vamos a Él en arrepentimiento genuino y con corazón contrito y humillado, recibimos el “Perdón de Dios”.
Y lo mejor de todo es que ese perdón nos despoja de la CULPA y la Vergüenza que lo acompaña.
Dios echa en lo profundo del mar, las olvida, todas nuestras iniquidades y no las trae a nuestra memoria, ni nos las estruja en nuestras caras, ni no avergüenza de ellas.
Así dice Miqueas 7:18-19
7:18 ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. 
7:19 El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. 


¡Qué maravilloso es ser Perdonado!
Pero ahora… se voltea la moneda.
Debo perdonar, así como Él lo hizo conmigo.
Dice Efesios 4:32
4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Este perdón al igual que el que recibimos requiere que lo olvidemos, que borremos, que no saquemos a la luz nada de esto en un momento específico y lo estrujemos en la cara de nuestro ofensor.
Dios NO ha hecho así conmigo.

¿Qué nos enseña la Biblia del Perdón?
1.    Debo perdonar cuantas veces sea necesario y se me pida,
 Así dice Mateo 18:21-22
18:21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?
18:22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.


2.    Debo olvidar, no acordarme más, borrarlo, así hicieron conmigo,
Hebreos 8:12 dice, 
8:12 Porque seré propicio a sus injusticias, 
Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.


3.    No debo juzgar, sino depositar en El Juez Justo todo caso, nada pasa desapercibido.
Salmo 7:11-12 
7:11 Dios es juez justo,
Y Dios está airado contra el impío todos los días.
7:12 Si no se arrepiente, él afilará su espada;
Armado tiene ya su arco, y lo ha preparado.


4.    Tengo la nueva capacidad y el deber de orar por mis enemigos y en todo tiempo debo hacerles bien.
Mateo 5:44 dice 
5:44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
No olvidemos ni por un instante la enseñanza de la Parábola de los dos Deudores, que se presenta en Mateo 18:23 a 34 y la cito a continuación:
18:23 Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.
18:24 Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.
18:25 A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda.
18:26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
18:27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.
18:28 Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.
18:29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
18:30 Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.
18:31 Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado.
18:32 Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.
18:33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?

18:34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.

Ese mismo Dios es el de Ayer, Hoy y el de todos los tiempos. Es Grande y Misericordioso para perdonarnos; pero así exige que hagamos nosotros por igual.

Observemos detenidamente cómo termina esta Parábola antes citada, verso 35,
18:35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

Entonces…  ¿Perdonar…Yo?
Sí, mi Señor lo haré … por amor a Tí.