No dejes de mirarlo
En estos días tuve la hermosa oportunidad de
hospedar a una madre joven viuda con sus niños aún pequeños.
Fue un tiempo mu bueno pues compartimos muchas
cosas, muchos temas, muchas experiencias, muchas inquietudes…pero también pudimos
pasar tiempo muy divertido con los niños pequeños.
Dentro de todo fue interesante observar el
comportamiento de los niños, llamó mi atención algo en particular, que me ha
servido para lo que quiero compartir a continuación.
Uno de los niños, podía estar haciendo cualquier
actividad solo, muy concentrado y aparentemente independiente, pero no podía
dejar de ver a su mamá, saber que estaba
ahí. Cuando la perdía de vista, dejaba todo lo que estaba haciendo o jugando y
corría a buscar la presencia de su madre.
Luego que la encontraba o se cercioraba que estaba
ahí, cerca, ya volvía a su antigua ocupación, tranquilo seguía jugando.
¡Qué bello ejemplo de la cercanía que debemos
tener con nuestro Salvador!
¡No debemos perderlo de vista!
Debemos estar atentos que sigue a nuestro lado,
que está ahí, para nosotras, que no nos ha dejado.
Como a este niño, esto nos trae tranquilidad, paz
interior, seguridad, firmeza, quietud, sosiego, confianza.
Salmos 121:1-2 dice,
Alzaré mis ojos a los montes;
¿De dónde vendrá mi socorro?
2 Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
Salmos 123:1-2 dice,
A ti alcé mis ojos,
A ti que habitas en los cielos.
2 He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano
de sus señores,
Y como los ojos de la sierva a la mano de su señora,
Así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios,
Hasta que tenga misericordia de nosotros.
Hebreos 12:2 nos dice,
puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador
de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz,
menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios
Poner la mirada en Cristo es una llamado a confiar
en Él plenamente, a someternos a hacer Su voluntad perfecta, a entregar nuestro
corazón a Él.
Es un llamado a enseñar Su doctrina a hacer
obedecer Su obra a Su manera.
Que bella manera de aprender a mirar a Cristo,
haciéndonos como niños obedientes mirando a su madre.
Si ponemos la mirada en nuestro Señor Jesucristo,
obtendremos el gozo aún en las batallas que tengamos que afrontar. Estaremos
seguros y confiados pues estaremos bajo la mirada y el cuidado de nuestro
Salvador.
Proverbios 5:21 nos recuerda,
Porque los caminos del hombre están ante los ojos de
Jehová,
Y él considera todas sus veredas.
Salmos 33:13 dice,
Desde los cielos miró Jehová;
Vio a todos los hijos de los hombres;
Nuestro Dios está atento a nosotros.
Por lo tanto, no dejemos de mirarlo.
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