Un blog con contenido bíblico para cubrir las necesidades espirituales de la mujer de todos los tiempos.
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miércoles, 12 de diciembre de 2012




Dad Gracias en Todo
Por Yoli de Mallén

No se cuantas veces he visto, leído y re leído este versículo de 1 a los Tesalonicenses que dice así:

“Dad Gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”

Pero aún así no lo cumplo del todo, no sé si a Uds. le pasa pero a mí sí.

Trato con mucho esmero de agradecer a mi Señor por las cosas que me pasan, si son buenas y placenteras, ¡Claro! Que le agradezco a mi Padre el habérmelas concedido. Pero,  no siempre le doy gracias a mi Señor por las cosas negativas que padezco, sino  que  le pido que me de fortaleza y me ayude a pasarlas; y si está en Su Voluntad me las quite.
Pero rara vez me siento en disposición de darle Gracias por tenerlas y padecerlas.

¿Te ha pasado a ti también?

Pues tengo para decirte que debemos hacerlo y continuamente, pues en el verso no se especifica cuales son aquellas cosas por las cuales debemos dar Gracias, sino que nos manda a  darle Gracias en Todo.

Hace unos días participé con un grupo de ancianas en su tiempo de oración, como acostumbro, pero esta vez nos dedicamos a darle las Gracias a nuestro Señor y Dios por todas aquellas cosas que a nuestros ojos nos parecían negativas y no tan buenas. Fue un tiempo muy pero muy especial, me imaginaba que el Señor estaba sonriendo y complacido con nuestra actitud de Conformidad y aceptación de su Voluntad  para con nosotras, en cada una de las situaciones que le planteamos.

 No le pedimos su solución.
 No le pedimos su ayuda.
 No le pedimos que nos lo quitara o resolviera.

Solamente le dimos las Gracias y le dijimos  que entendíamos que  El tenía el Control de todo, que tenía un propósito,  por tanto no nos íbamos a preocupar por ello, pues comprendíamos que era lo mejor en nuestras vidas en este momento.

Puedo mencionarte algunas cosas que nos motivaron a darle las Gracias a nuestro Dios, lo hago para que notes que no eres la única llena de problemas y te animes a hacer lo mismo. No te arrepentirás.

Algunas de nuestras oraciones fueron:

1.    Gracias por mi problema de asma y alergias desde pequeña.
2.    Gracias por el hongo en la uña que no puedo controlar.
3.    Gracias porque no han llegado los papeles legales que esperamos y necesitamos con urgencia.
4.    Gracias por mis dolores de espalda, cadera y hombros.
5.    Gracias por la fiebre de mis nietos.
6.    Gracias por los problemas de oído de tantos años y no hay explicación alguna.
7.    Gracias por el colesterol.
8.    Gracias por  los problemas de tiroide.
9.    Gracias por los dolores de cabeza o migraña, tan seguidos.
10. Gracias por los problemas intestinales que sufro.
11. Gracias por los dolores de estómago y mala digestión.
12. Gracias por mi problema de desprendimiento de retina y la pérdida de visión y estrabismo, de mi ojo derecho.
13. Gracias por haber sufrido problemas en mi sistema nervioso y tener que medicarme de por vida para estar en condiciones normales.
14. Gracias por mi nieto  ser un niño autista.
15. Gracias por el problema de discordia familiar que tengo.
16. Gracias por mi hijo con síndrome Down.
17. Gracias por el accidente en la rodilla que no me deja caminar bien.
18. Gracias por tener glaucoma en mis ojos.
19. Gracias por mis ataques de epilepsia.
20. Gracias por el choque del vehículo, y no tener seguro para cubrirlo.
21. Gracias porque me descubrieron células cancerosas.
22. Gracias por esta enfermedad que me ha postrado a una cama.
23. Gracias por que no puedo caminar, soy paralítica.
24. Gracias por que he perdido la vista que antes tenía, y es un caso irreversible.
25. Gracias porque quedé sorda luego del golpe que recibí
26. Gracias por la quemadura de segundo grado que marcó mi brazo para siempre.
27. Gracias por el robo de mi doble sueldo cuando más lo necesitaba.
28. Gracias por la golpiza que recibí, cuando trataron de robarme el celular.
29. Gracias por la gripe que tengo y los dolores del cuerpo y fiebre tan horribles.
30. Gracias por que no tengo trabajo.

Son muchas más las cosas por las que podemos darle Gracias a nuestro  Amo, Señor y Salvador, a nuestro gran Dios Todopoderoso.

Cuando nos entregamos a El,  para Salvación, El nos compró por precio, pagó con Su Preciosa Sangre por nuestra vida, así que NO es nuestra.

El puede hacer con ella lo que le parezca, y no somos nadie para impedírselo.

¡Aprendamos a dar Gracias… pero Gracias en todo!








viernes, 23 de noviembre de 2012




Hagamos el Bien

Por Yoli de Mallén

¿Cuánto bien podemos hacer en esta vida?
¿Dependerá del bien que hagan conmigo?
¿Dependerá de cómo me siento?
¿Dependerá si tengo  o no dinero suficiente?
¿Dependerá si soy joven o vieja?

Cuando Dios me dice en Su Palabra, en 2 Tesalonicenses 3:13,
“Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien”

¿A qué será el BIEN que se refiere?
Creo que hay mucho BIEN que podríamos incluir.

Pondré a volar a volar mi imaginación y compartiré contigo todo lo que se me ocurra.
¡Hoy tomaré la decisión de Hacer Bien!

1.    Oraré por todo el  que me lo pida y lo necesite.
2.    Si sé de un hermano o amigo enfermo, lo visitaré o lo llamaré por teléfono.
3.    Si me piden ayuda para una buena causa, cooperaré con lo que pueda.
4.    Si sé de alguien que esta de cumpleaños, trataré de felicitarlo y desearle ricas bendiciones para su vida.
5.    Si me encuentro con un hermano, lo saludaré con el amor que Cristo demanda.
6.    Si veo a alguien que va muy cargado a mi lado, lo ayudaré.
7.    Si van a mi lado, abriré la puerta y los dejaré pasar primero.
8.    Si alguien hace algo por mi, con una sonrisa le daré las “GRACIAS”.
9.    Si me piden algo prestado, trataré de dárselo no pidiéndolo de vuelta.
10. Trataré de ser hospedador, cuantas veces se requiera, y lo haré sin murmuraciones.
11. Si alguien me pide dinero, trataré de darle algo siempre que pueda, aunque no sea dinero.
12. Si llaman equivocado por teléfono, le contestaré con cortesía, respeto y paciencia, es más aprovecharé la oportunidad de hablarle de Cristo  y su amor.
13. Si por alguna razón me hablan o responden mal, permaneceré callada y tranquila sin provocarle a mayor ira.
14. Si alguien me manifiesta su  necesidad, no cerraré mis oídos, si no trataré de ayudarle hasta donde pueda.
15. Si me llaman o requieren, responderé prontamente y de buen gusto y disposición.
16. Si me tropiezan, aceptaré sus disculpas y no me molestaré.
17. Si veo un anciano de pie, aún sea yo mujer, le daré mi asiento.
18. Si puedo servir y ayudar, lo haré.
19. Si algo se cae a mi lado, trataré de alcanzarlo y pasarlo a su dueño.
20. Mostraré gozo y una sonrisa genuina a cada alma abatida que encuentre.

Esto es solo dejar volar mi imaginación en cosas simples del diario vivir.
Y ver cómo podemos hacer BIEN en todo tiempo.
Es un mandato de la Palabra de Dios, para que lo pongamos en práctica y no solo leerlo y nada más.

La Biblia también habla de que no lo hagamos al otro lo que no quisiéramos que nos hicieran. Es un principio que va de la mano con el que mencionamos, pues nadie quiere recibir de continuo mal.
El no cansarnos de hacer bien, nos llevará a experimentar un gozo genuino y duradero, paz, paciencia, a ser bondadosos, y benignos; a vivir una vida en Santidad que Honre y Glorifique al Dios Verdadero.

También nos llevará a sembrar correctamente para después cosechar lo que queremos recibir.

No dilatemos en obedecer la Palabra y la orden de Dios.
Verás cambios en tu vida, cuando empieces a ser una hija obediente.

Te invito a empezar, ahora mismo…

miércoles, 7 de noviembre de 2012




“La que quiere moño bonito… aguanta jalones”

Por Yoli de Mallén

Este refrán que utilizo como título a este artículo es uno que he escuchado desde muy pequeña, sobretodo mientras mi madre me desenredaba el pelo para peinarme.

Luego, yo misma lo utilicé muchas veces con mis hijas mientras trataba de peinarlas y desenredar nudos en sus cabellos; sobretodo si estábamos de prisa para llegar temprano a algún lugar, ya fuere el templo, el colegio o cualquier otra salida con hora exacta.

Pero el refrán:”La que quiere moño bonito… aguanta jalones”, no solo se refiere al tema de nudos en el cabello; tiene un significado mucho más amplio.

Se refiere, a pasar por tiempos no tan agradables, ni placenteros, ni cómodos con tal de la mujer lucir bien o aceptable, en el lugar donde se encuentre, ante la Sociedad que la observa y la examina detenidamente.

Para tratar de darles más claridad a mi definición intentaré hacerles ver, utilizando su gran imaginación en un simple caso en particular.
Imaginemos a una joven casada que recibe una invitación de su mejor amiga para asistir a su boda, que se efectuará dentro de un mes.

Desde aquí comienzan los “jalones” para lograr lucir bien y tener “el moño bonito” ese día.
Veamos algunas cositas (no tan placenteras) a las que ella se enfrentará, “pero todo sea por la belleza”:

1.   Empezará rápidamente una dieta, adiós a las pastas y dulces, pues querrá que su amiga vea que se mantienen en la línea, que no se ha descuidado al casarse.

2.   La elección del vestido a usar en la boda será complicada:
a)   Si es largo y estrecho tipo sirena, no podrá caminar.
b)   Si es con un abierto en la falda, no podrá sentarse cómoda.
c)   Si es escotado, no podrá bajarse frente a nadie.
d)   Si tiene manga estrecha, no podrá subir los brazos con facilidad.
e)   Si se le pega, debe usar faja para cuidad las masitas extras.
f)    Si es estraple, se le marcarán los salvavidas y brazos gordos.
g)   Si es muy desnudo, se morirá de frio.
h)   Si tienen cola, se la pisarán seguro.
i)     Si es una mini falda, necesitará unas medias negras para disimular, aunque se ahogue del calor.
j)     Si es transparente, tendrá que ponerse doble ropa.

3.   Los zapatos deben ser por supuesto, tacos altos, así serán más elegantes; aunque antes de la media noche, tenga que andar descalza o llevar otras sandalias de goma en una fundita o bolsita aparte.

4.   Irá al salón de belleza o se lavará bien su cabello con un buen tratamiento de rico olor; pero luego la llenarán de trencitas y un moño alto bien cubierto de “spray” o fijador. Cuando todo termine tendrá posiblemente que volverse a lavar la cabeza, luego de sacar como una caja de pinchos que no la dejarían dormir ni un segundo, si decidiera dejárselo.

5.   Se arreglará las uñas de manos y pies y las pintará igual al color del vestido, pero luego ya no van con las demás ropas y tendrá que cambiar el color.

6.   Se hará una limpieza de cutis para sacar poros negros y tapados a base de tratamientos, calor, cremas y demás. Se sacará las cejas… !Qué horror!
Pero todo esto es para el día de la boda, untarse bien una base que aguante toda la noche un tremendo maquillaje; sombras de ojos, delineador, pestañas postizas, colorete, delineador de labios, pinta labios, perfume, cremas, y loción del cuerpo, etc.

7.   Todo esto también incluirá un buen baño de agua caliente, donde se afeitará las axilas y las piernas y cualquier otra cosa que considere.

8.   Ya lista, vestida por completo, solo le faltan los largos aretes de presión, que a la hora de usarlos, le duele hasta la muela, de lo que le aprieta la oreja.

Mientras tanto… a diferencia tenemos al esposo; se baña, se cambia, se arregla la corbata y  ¡ya está listo!

Todo lo que hemos mencionado parecería ser para una sola ocasión… ¿Pero es solo para un día?
¿Cuántas veces repetimos esto las mujeres para tratar de estar acordes y lucir bien ante la sociedad y el mundo que nos rodea?

Cada día la mujer se introduce y participa de más y más “jalones”, padecimientos y sufrimientos para ser aceptada por el resto.
Desde que nacemos:

A.   Nos perforan las orejas para tener aretes y vernos femeninas, sin que nos confundan.

B.   Nos grapan y pegan lazos, bandas y flores más grandes que nuestras cabezas.

C.   Nos visten con encajes, alforzas, piqué, seda cruda, organza almidonada, telas tostadas, cretonas, “todo por la belleza”.

D.  Nos hacen rizos o nos desrizan, nos hacen moños o trencitas.

E.   Usamos pulseras, collares, bufandas, pañuelos, carteras (cada vez más grandes y pesadas).

F.   Nos pintamos el pelo, nos hacemos mechones de colores,  nos recortamos de modalidades diferentes, “todo por la moda”.

G.  Nos amarramos extensiones para cuando la moda es del pelo largo, aunque nos duela la cabeza por tres días.

H.  Y qué decir de las cirugías plásticas… en la cara, labios, cuello, nariz, parpados, senos, vientre, glutios etc.

Pero… ¿Qué pasa con nosotras las mujeres?
¿Es que nos gusta sufrir, que nos torturen y ser mártires?

Pero bueno, las entiendo perfectamente y me uno a la causa, porque estoy dentro del mismo grupo.

Hermanas, debemos buscar por todos los medios, la vida equilibrada.
Proverbios 31:30 dice,

“Engañosa es la gracia y vana la hermosura,
la mujer que teme a Jehová, esa será alabada”.

Debemos ser verdaderas mujeres, y parecerlo; somos del sexo femenino, marquemos una diferencia clara con el hombre del sexo masculino.
Pero cuidado con aferrarnos demasiado con ser aceptadas a un mundo caído y no  en centrarnos a ser aceptadas ante el Dios que nos creó; El cual no mira lo que mira el hombre, sino que mira el Corazón.

Busquemos un equilibrio que nos permita ser femeninas y a la vez, dignas representantes de la mujer que somos; pero también que destaquemos los más bellos adornos y accesorios del corazón que agrada a Dios, que son: la bondad, benignidad, gozo, paciencia, lealtad, fidelidad, amor, paz, templanza, fe… que estos nos resalten lo suficiente para dejar ver la clara imagen de quien representamos; a nuestro Amado, Señor y Salvador Jesucristo.

Solo así le daremos toda la Honra y la Gloria que se merece, y estaremos listas para Su venida, que es ya, “de repente”.

“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y que venga de repente sobre vosotros aquel día” (Lucas 21:34).

Estamos a tiempo…



lunes, 10 de septiembre de 2012




¿A quién sirvo?

Por Yoli de Mallén

Como mujeres Cristianas es nuestro deber buscar ¿cual es nuestro don?
Dentro de la lista que aparece en la Biblia está el don de SERVIR veamos Romanos 12:6-8,

12:6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
12:7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
12:8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.

Muchas hemos visto que el Señor nos ha dado este hermoso regalo, y prueba de esto son cada una de las que están aquí ahora. Pero no podemos olvidar cómo debemos usar este regalo y de quién proviene…

*Oremos*

Si estamos hoy reunidas aquí ha sido con el deseo de aprender a hacer las cosas bien, que nos queden bonitas, bien presentadas. Y eso está bien, siempre digo como mi esposo, solo hay una forma de hacer las cosas:
 “BIEN HECHAS”.

Pero no podemos pasar por alto el verdadero propósito cuando vayamos a hacer algo.
Debemos estar seguros dónde está la verdadera motivación de nuestro corazón, hacia dónde está dirigida, hacia mí o hacia mi Salvador.
Repasemos rapidito esta historia ya bien conocida por todas, en Lucas,

10:38 Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa.
10:39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.
10:40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
10:41 Respondiendo Jesús, le dijo:
 Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.
10:42 Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.

Aquí vemos que Marta servía, y lo hacía bien, pero María escogió la mejor parte, puso su vista dónde estaba lo más importante, en Jesús, en Su palabra.

Hermanas, queremos servir pero debemos hacerlo cómo debe ser. No desviemos nuestra mirada de donde debe estar centrada.
La carta a los Colosenses es mi única motivación para todo lo que hago en mi vida, mira conmigo el capítulo 3,

3:23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;
3:24 sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.

Si hacemos esto o aquello, hagámoslo como para el Señor, y no para los hombres, que El sea muestro único motivo, nuestra única meta, nuestro único enfoque.  Así como las vísceras que  ponen a los caballos en la calle, para que no se asusten con los automóviles.

No trabajemos para nuestra propia satisfacción, no para competir, no para quedar bien y que otras me alaben, no para ganar el primer lugar, no porque soy la mejor, o tengo los adornos mas bonitos y caros, no porque gasté mas, no porque soy mas inteligente y preparada…

Sirvamos pero no como cualquiera pueda servir, seamos siervas fieles.
Así es que nos diferenciamos del mundo, que dice Mateo,

24:45 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? 
24:46
 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. 
24:47
 De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. 
Y que dice Mateo, en el capítulo 25,  el mismo Señor Jesucristo sobre el siervo fiel,
25:21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 

En una ocasión,  hice un estudio sobre cómo debemos servir, llamado ¿Sirvo Correctamente? y sacamos varias conclusiones, de las cuales les leeré algunas rápidamente a modo de repaso. Debemos servir:

1.   Con todo mi corazón y con toda mi alma, de una manera sincera. (Deuteronomio 10:12)
2.   Con ánimo voluntario, con diligencia. (1º de Crónicas 28:9ª)
3.   Con temor, reconociendo quién nos observa en lo íntimo.
 (Salmo 2:11ª)
4.   Con alegría, no quejándonos. (Salmo 100:2)
5.   Con Humildad, reconociendo nuestra limitación. (Hechos 20:19ª)
6.   Dando un buen testimonio a los de afuera, somos espectáculo al mundo que nos rodea. (1 Corintios4:1)
7.   Por amor a mis hermanos, por obediencia a mi Dios. (Gálatas 5:13b)
8.   De buena voluntad, no forzada ni obligada, por que yo así lo quiero. (Efesios 6:7)

Para terminar solo quiero que retengan lo que nos dice 1 Corintios 4,

4:1 Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios.

Si vamos a servir, que seamos servidoras de Cristo.
Si vamos a administrar, que sean los misterios de nuestro Dios.

4:2 Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. 

Pero como servidoras o administradoras… que seamos halladas siendo FIELES, PARA LA GLORIA DE NUESTRO DIOS Y SALVADOR.