La mujer Independiente
Hoy en día es común escuchar los consejos que
reciben nuestras hijas:
·
Debes estudiar algo productivo, por si
te quedas sola puedas sobrevivir
·
Este mundo es una competencia, y
tienes que estar a la altura para triunfar
·
No debes depender de nadie, pues
controlará tu vida
·
Debes ganar suficiente para satisfacer
tus lujos y gustos
·
Debes llegar a ser autosuficiente
·
No dependas de nadie para conseguir lo
que deseas
·
No tienes que mendigar y estar
pidiendo a un hombre lo que necesitas, no te rebajes
Eso es nada más que una leve idea…
Estamos educando en
una época de libertad para la mujer, una liberalidad total y absoluta.
Ella compite en las
mismas carreras, profesiones y trabajos que el hombre, aún su físico no corresponda.
Hoy la mujer puede
ser: médico, arquitecto, albañil, obrero, militar, astronauta, maestro,
director, presidente, gobernador, enfermero, chofer, piloto, capitán, pintor,
agricultor…
¡Definitivamente le
mujer es independiente!
La mujer de nuestra
época:
1. Invita
al hombre y paga la cuenta
2. Tiene
vehículo y pasa a recoger al joven a su casa
3. No
necesita de nadie para comprar sus cosas
4. Puede
llegar a vivir sola en su propio apartamento
5. No
cree en el matrimonio
6. No
quiere hijos que le compliquen su vida
7. Aun
la casada viaja y celebra sola
8. Su
vida y la de su marido marchan en direcciones diferentes
9. Tiene
su grupo de amigas y las prefiere antes que a su esposo
Si eres una mujer
soltera y estas en estas condiciones, debes tener presente que si contraes
matrimonio, tu vida debe cambiar para ajustarse al plan perfecto que Dios ha
diseñado para ti.
Cuando una mujer
llega al matrimonio debe comprender, y más si dice haber entregado su vida a
Jesucristo como Señor y Salvador de su vida; que debe estar sujeta a su marido.
Efesios 5:22-24 nos
dice claramente,
Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al
Señor; 23 porque
el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la
cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así
que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a
sus maridos en todo.
¡Así es como será
feliz!
La sujeción es
dependencia, no independencia.
La mujer depende de
su esposo.
Su vida ahora marcha
al lado de su marido, no aparte, ella es su compañera y ayuda idónea. Ahora
duermen juntos, comen juntos, pasean juntos, viven juntos.
Son un solo cuerpo,
por lo que en lo posible deben actuar como uno solo.
Hermana querida, tu
dependencia hacia tu marido no es algo que muestra debilidad o vergüenza, lo
contrario.
Le estás dando honor,
responsabilidad, liderazgo, respeto, amor genuino a tu compañero.
No te dejes engañar
por el mundo.
Colosenses 2:8 nos
recuerda,
8 Mirad que nadie
os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de
los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.
Eres una mujer
independiente, eres un alma creada por Dios a Su imagen y semejanza, y darás cuenta sola por tu vida.
Independiente para
elegir la Salvación a tu alma.
Independiente para
decidir el hacer o no la voluntad de Dios.
Independiente para
tener tus propias decisiones y convicciones.
Independiente cuando
te encuentres frente a Dios.
Independiente en tu
juicio final.
Aprovecha tu correcta
independencia.
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