Invisible
Cuando era niña solía ver en la TV un programa, o
como se diría hoy, una serie llamada; El Hombre Invisible.
Me gustaba mucho y me llamaba la atención que para
que lo vieran los demás, tenía que envolverse en telas tipo momia, ponerse abrigos,
guantes, botas y sombrero. Pero sin este atuendo, él y nada era lo mismo.
Podía estar en un lugar y no ser visto, no llamaba
la atención, era Invisible.
Aunque parezca increíble así puede, ha pasado, y
seguirá pasando en la realidad.
Algunos ya pueden decir como yo, que lo hemos
experimentado.
Les pongo algunos ejemplos para que me entiendan
mejor:
1.
Entras a un lugar donde hay seres
queridos y conocidos, pero cada uno está muy envuelto en sus cosas y celulares,
al punto que puedes hablarles directamente y ni siquiera levantan la cabeza. No
te han oído, no te han visto, no te han sentido.
Te
estás volviendo Invisible.
2.
Llegas a una sala y dos personas que
conoces bien hablan entre ellas. Te puedes sentar a su lado, pasarle la mano
por la cabeza, decirle algo o solicitarle algo y ambas siguen hablando sin ni
siquiera distraerse.
Te
estas volviendo Invisible.
3.
Hay una reunión familiar, todos hablan
y comparten, se ríen, hacen chistes y cuentos. Tratas de hacer un pequeño
comentario, pero por más que intentas no puedes, no encuentras el espacio ni la
atención.
Te
estás volviendo Invisible.
4.
Caminas entre personas afuera y nadie
te mira, ni te hablan, ni te ayudan, ni te dan paso, ni te dan su asiento, no
te ven.
Te
estás volviendo Invisible.
¿Te ha pasado?
Ahora tratemos el tema de Invisible en la Biblia.
Colosenses 1:15
15 Él es la imagen
del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
Hebreos 11:27, hablando de Moisés
27 Por la fe dejó a
Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al
Invisible.
Romanos 1:20
20 Porque las cosas
invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde
la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo
que no tienen excusa.
1 Timoteo 1:17
17 Por tanto, al Rey
de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria
por los siglos de los siglos. Amén.
Estamos ante un Dios Invisible pero:
· Que
nos habla por su palabra
· Que
nos acompaña y cuida
· Que
mora en nuestros corazones, si nos convertimos a Él
· Que
nos oye atentamente
· Que
nos guía de la mano
· Que
nos protege de todo mal
· Que
nos abraza con su amor
No lo vemos pero nos da convicciones firmes de Su
Presencia.
Y volviendo al principio…si me estoy volviendo
Invisible para algunos, para mi Dios estoy muy presente.
No me preocuparé para nada, por lo contrario,
disfrutaré de mis nuevas habilidades.
¡La vida está llena de sorpresas!
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