Disciplina y Amonestación
Pensar en Disciplina y Amonestación es pensar en
grande, aunque hace años pasé por esa etapa de mi vida, la recuerdo y la
comparto siempre que puedo.
Me imagino si conoces de la Biblia, sabes y habrás
oído este versículo de Hebreos 12:6,
Porque el Señor al que ama, disciplina,
Y azota a todo el que recibe por hijo.
Es muy importante saber que Dios trata conmigo como su Hijo amado y nos corrige, hasta que duela con tal de que aprendamos y hagamos Su voluntad.
Pues como padres tenemos en nuestros hombros esta
misma responsabilidad. Efesios 6:4 nos dice,
Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino
criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
Es nuestra terea de enseñar, capacitar, dirigir y
amonestar a nuestros hijos desde muy temprana edad y hasta que salgan de
nuestros hogares con la finalidad de empezar el de ellos.
La disciplina y amonestación requiere esfuerzo,
dedicación, repetición a veces se necesita aplicar la corrección (ya sea por
vara u otra forma) que resulte para bien del muchacho.
Proverbios 23:13-14 nos dice claramente,
No rehúses corregir al muchacho;
Porque si lo castigas con vara, no morirá.
Lo castigarás con vara,
Y librarás su alma del Seol.
Con la vara se refiere a la nalgada o la pela.
Normalmente esto es en una época, mientras el niño
es pequeño y manejable, ya más grande resultan más eficaces otro tipo de
métodos. Esto variará de a cuerdo a la madurez y aprendizaje del niño.
La vara debe ser algo que provoque dolor
suficiente como para que no se repita la desobediencia, pero no llegue a herir
o lastimar al niño. ¡Quede claro!
También ayudará a no utilizar nuestras manos con
las que también le acariciamos.
La corrección con vara requiere de varias cosas
que deben tomarse en cuenta:
1.
Deben instituirse primero las reglas
bien claras, para poder luego corregir la desobediencia cuando ocurra.
2.
Deben aplicarse sin ira o rabia por
parte del padre. Es mejor esperar y hacerlo más tarde cuando se calme.
3.
Debe hacerse en privado, solos, para
no avergonzar al niño frente a otros.
4.
Debe haber una explicación de por qué
se va a disciplinar y el niño debe estar claro y entendido que merece la
corrección.
5.
El Señor nuestro Dios nos corrige
también a los padres, así debe entenderlo su hijo.
6.
La vara se debe aplicar en las nalgas,
con suficiente fuerza para que duela, pero con cuidado de no hacer daño.
7.
Se aplicará tantas veces haya una
desobediencia y sea necesario.
8.
Luego de aplicar la pela o corrección,
se abraza al niño hasta que este termine de llorar, y se le explica que esto se
hace para que él aprenda la obediencia, no porque nos complace golpearlo.
Nuestros hijos
necesitan aprender la obediencia, la sujeción a sus padres como su autoridad
puesta por Dios.
Así entenderán el
concepto de autoridad, sujeción y el temor a Dios.
El no obedecer es
pecado contra Dios, no solo contra sus padres.
Hay cositas que jamás
debemos permitir a nuestros hijos, bajo ninguna circunstancia:
· Que
te hablen o respondan mal o fuerte.
· Que
murmuren algo a tus espaldas.
· Que
hagan rabietas.
· Que
te den órdenes.
· Que
te falten el respeto.
· Que
no obedezcan.
· Que
se burlen de ti.
· Que
te contradigan retando tu autoridad.
· Que
su respuesta sea NOOOOOOO.
· Que
te levanten la mano, amagando golpear.
Mientras más temprano comencemos con la disciplina
y amonestación…mejor y más rápido veremos los resultados. Aún de bebé pueden ir
aprendiendo si está correcto o no, recuerdo a mi esposo que decía que los niños
dicen su primera palabra, NO. Pues oyen a sus padres corrigiendo…
De ser así cada vez menos frecuente será el uso de
la vara y mejor será su comportamiento.
Ya más grande, para el joven hay otros métodos a
utilizar; entran los castigos, o quitarles algunos de sus beneficios, como
tiempo de TV o en sus celulares o tabletas. Se puede suspender de alguna salida
especial si el caso lo amerita, o trabajar en el hogar haciendo algo que repare
lo que rompió o dañó.
La Disciplina y la Amonestación debe llevar el
alma de su hijo a la obediencia y al amor hacia Su Creador, hacia el su
verdadero y amante Padre, DIOS.
¿Tienes hijos?
Tenemos un gran reto en nuestras manos…
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