Un Buen Ejemplo
Una tarde cualquiera, haciendo una visita de
cortesía a una hermana, pasando frente a esta hermosa mata de cactus, nos
detuvimos y escuché detrás de mí estas palabras:
-
Este cactus nos da un BUEN EJEMPLO de
lo que ocurre en el discipulado.
Desde entonces he quedado muy pensativa…
¿Qué es el Discipulado?
Todo cristiano entiende perfectamente el mandato
que hemos recibido directo de nuestro Señor Jesucristo en Mateo 28:19-20 de
hacer discípulos.
19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo; 20 enseñándoles que guarden
todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén.
Estamos con la responsabilidad de enseñar y
transmitir a otro creyente que comienza a caminar con Cristo, todo lo que hemos
aprendido de otro, que también lo hizo con nosotros.
Es multiplicarse en otros…
Y ese cactus nos mostraba como de un solo tronco,
que pudiera ser comparado con Cristo, van partiendo diferentes partes que a su
vez se multiplican y se dividen, creciendo, floreciendo…aumentando así su
fuerza, belleza y poder.
Y esas pequeñas ramitas se van fortaleciendo y
multiplicando igual que nosotros en el discipulado.
Logrando una planta hermosa que atrae la vista de
todo el que pasa a su lado.
He oído a hermanos manifestar que no saben discipular
a otros,
o tienen
temor de no hacerlo bien; pero los que hemos conocido al Cristo Vivo y tenemos
una íntima comunión con Él, tengo para decirte:
“No temas ni te intimides con ese engaño”
Dios mismo irá a tu lado, te dirá las palabras
adecuadas, solo tienes que hablar de las maravillas que Cristo ha hecho contigo
y compartir lo que has aprendido a través de Su Palabra. Darle un seguimiento
de cerca y acompañarle en sus primeros pasos.
Dios no te pondrá a hacer algo que no puedes
realizar, además no nos deja solos haciéndolo.
Es un mandato para todo cristiano el discipular,
pero más que todo es un deleite el obedecer.
Hablar de Cristo nos llena de gozo, nos trae paz,
nos fortalece nuestra fe, nos llena de convicciones, nos recuerda las promesas,
nos coloca en el altar en oración, nos da amor y compañerismo con nuestro
hermano…
No desperdicies la oportunidad de saborear esta
experiencia, solo tienes que comenzar.
¿Estás discipulando?
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