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miércoles, 2 de febrero de 2022

 

Corta Duración
















El 14 de febrero, día de “la amistad’’ o como también se le conoce como el día del AMOR.

En un día de estos,  recuerdo muy bien, mi amado esposo me sorprendió con un hermoso ramo de flores, eran impresionantes…

Ver aquellas flores era un verdadero espectáculo, tenían una forma y color que atraían la mirada y atención de todo el que pasaba cerca de ellas.

Por lo que las coloqué en un sitio muy “especial’’ y céntrico 

de mi hogar, en la sala.

Adornaron y perfumaron mi casa por unos días con todo esplendor.

Una mañana con casi una semana de agradar nuestra vista, observé con gran tristeza que habían comenzado a caer, ya cerrándose y secándose mis hermosas flores.

Este hecho, me hizo recordar una vez más,  lo  impresionante de la Palabra de Dios cuando compara nuestra vida con la Hierba y Flores del campo; en el Salmo 103:15-16 dice:

EL hombre, como la hierba son sus días; florece como la flor del campo, que pasó el viento por ella, y pereció, y su lugar no la conocerá más’’.

¡Cuán delicada y corta es nuestra vida!

Más aún si la contempla un Dios que no tiene principio ni fin, que es eterno; que para su infinita existencia, 80 a 100 años nuestros,  son como el día de ayer que ya pasó.

¿Qué podemos aprender? Creo que mucho…

Valoremos nuestra vida; es corta, delicada que nuestra existencia sirva para embellecer, adornar, agradar, ser bien vista por otros, útil, hermosa, digna de recordar, que se lamente el perdernos pero que hayamos cumplido el verdadero propósito por el que vinimos a este mundo, alabar y glorificar al Dios VIVO.

Este corto poema de George Herbert  titulado “La Vida’’ resume lo que digo:

Adiós, queridas flores

Vuestro tiempo con dulzura pasó,

Aptas para dar aroma y belleza

Mientras vuestra vida transcurrió,

Y para remedios, una vez que esta terminó.

 

Sigo sin desvíos

Sin quejas o dolor,

Ya que, si buena es mi fragancia

Poco importa, si como la vuestra,

Esta es igual de corta.

 

Cuando vuelvas a ver una flor… detente y recuerda.

Tratemos de reflejar aún en esta corta vida, hermosura y aroma,  así como lo hace ella.

Sirvamos para lo que fuimos creadas, para darle la Gloria a nuestro Dios de manera digna.

 

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