¿Dime con Quién andas?
Estoy segura
que no tengo ni que escribir el final de esta pregunta… y ya sabes la
respuesta.
Es asombroso
ver como se hacen tan famosos los refranes populares y son tan usados
generación tras generación.
¿Dime con
Quién andas? Y te diré Quién eres.
Normalmente este
refrán te lo mencionan tus padres dependiendo el tipo de amistades frecuentas y
llevas a la casa.
Te hacen una
simple explicación de que cuides la elección de tus amigos, pues la fama que
ellos tienen, te la adjudican a ti, aunque no sea cierta.
Por ejemplo:
· Si te acompaña alguien que le gusta
la pintura y el arte, ya piensan eres pintor o por lo menos te gusta todo lo
relacionado con el arte.
· Si te sientas al lado de un compañero
indisciplinado y te ven hablando mucho con él, ya te catalogan de indisciplinado
también.
· Si por el contrario te juntas con los
estudiosos de buena nota, piensan que tu eres de lo estudiantes estudiosos y
serios.
· Si andas con un drogadicto o borracho,
se imaginan de inmediato que tú bebes o usas droga.
· Si tus compañeros son homosexuales,
es muy probable que piensen tú también formas parte de ellos.
· Si sales y juegas mucho con niños,
dejas ver claro que te gustan los niños.
· Si te ven paseando un perro con
frecuencia, te catalogan como amante y defensora de los animales.
· Si te acompañas de un amante al
deporte, ya se imaginan que tu juegas o disfrutas los deportes.
· Si tus amigos son reconocidos por una
mala reputación y rebeldia, ya tú formas parte de su grupo.
Creo son suficientes ejemplos que dejan claro que si me dices
con quién te juntas y andas… te puedo decir Quién eres.
Esto es solo un refrán popular, no aparece en La Biblia, pero
no deja de ser muy interesante.
¿Por qué?
Pues si yo quiero me reconozcan por ser una Cristiana, una persona
que refleje a Cristo; está claro que debo andar con Cristo y reflejar a Cristo
en mi vida.
Así nos dice la carta a los Efesios 4:20 al 32 y 5:1 y 2
Mas
vosotros no habéis aprendido así a Cristo,
21 si
en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad
que está en Jesús.
22 En
cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está
viciado conforme a los deseos engañosos,
23 y
renovaos en el espíritu de vuestra mente,
24 y
vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad
de la verdad.
25 Por
lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su
prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
26 Airaos,
pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,
27 ni
deis lugar al diablo.
28 El
que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es
bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.
29 Ninguna
palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
30 Y
no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el
día de la redención.
31 Quítense
de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
32 Antes
sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como
Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Sed, pues, imitadores de
Dios como hijos amados.
2 Y
andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros,
ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
Yo personalmente, firmemente quiero andar con Cristo.
¿Y tú?
¿Dime con Quién andas?
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