Cada
cabeza es un Mundo
Por Yoli de Mallén
Este pensamiento tan simple, pero
tan cierto lo ha venido escuchando hace mucho tiempo.
Y para mi asombro, mientras más
personas he tenido la oportunidad de conocer, mas cierto encuentro la frase que
dice: “Cada cabeza es un mundo”.
Cada persona y aún cualquier
animal que porte o posea una cabeza es y será diferente a otro, esto lo vemos y
nos asombramos una y otra vez, cuando apreciamos animales como la jirafa o la cebra, con las pieles aparentemente iguales a nuestros
ojos, pero cada una tiene franjas y formas de manchas diferentes una de la
otra.
Aún los mellizos o hijos
desarrollados dentro del vientre de su madre en un mismo óvulo; al nacer
mostrarán algunas diferencias físicas, pero sobretodo en su forma de ser, su
carácter y su personalidad.
Pueden criarse dos hijos en
idénticas condiciones o ambientes y cada uno recibirá una impresión diferente
que marcará de forma única su vida.
Cada uno de nosotros es único, no
hay otro igual ni lo habrá. Hemos sido engendrados en un tiempo preciso; con
padres ya previamente establecidos.
Tenemos un sexo definido y claro. Nacimos en un momento y lugar específico;
hora, día, mes y año especial de nosotros.
Nuestra vida ha girado a nuestro
alrededor y hemos aprendido de ella para bien o para mal.
Aún las experiencias negativas y
dolorosas nos han servido para forjarnos y complementarnos. Han moldeado y
madurado nuestro carácter.
Dios ha sido el creador de tantas
exclusividades y diversidad que no nos queda más que quedarnos asombrados ante
Su Divina Creación.
Dios ha creado todo un mundo de
diversidad. Lo podemos ver claramente en: los animales de la tierra, del agua,
del aire; lo podemos ver en la vegetación de la tierra, y dentro del mar; lo
vemos en los diferentes terrenos, secos, húmedos, fértiles; lo vemos claramente
en las personas, su sexo, su color de piel, su pelo, sus ojos, su nariz, su
boca, su estatura, sus rasgos, su cultura, su idioma, sus costumbres.
Estamos aquí, como Su perfecta
Obra Maestra, creados a Su Imagen y Semejanza, únicamente para darle toda la
Gloria a El. Así lo podemos ver en Colosenses 1:16 que dice,
“Porque en él fueron creadas todas las
cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e
invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo
fue creado por medio de él y para él”.
Pero el hombre natural, no
comprende esto, hasta que conoce de Dios, Su propósito y Su Palabra.
Cada cabeza tiene sus propios
pensamientos, sus propios principios, convicciones, opiniones, toma sus propias
decisiones, sus propios impulsos, sus debilidades, fortalezas, va por donde
quiere, se alegra, sufre, llora, ríe, cuando quiere. Deja conocer a otros lo
que quiere, pues comunica o esconde lo que quiere.
Nuestro Dios se complace con la
exclusividad de cada una de sus creaciones. Cada uno es un ser único,
diferente, aún pasen los años y más seres vivan y mueran; aún lo que nacen,
siguen siendo diferentes uno de los otros.
¡Qué Dios tan increíble tenemos!
Y saber esto nos asombra aún más,
dice Juan 3:16,
Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
De tal manera amó Dios a todos y
cada uno de nosotros, que dio a Su Hijo Jesús, para que todo aquel, de manera
individual, que en El crea NO se pierda sino tenga Vida eterna, cumpla Su
Propósito aquí en la tierra, de glorificarle por la eternidad.
Nuestro Dios no hace acepción de
personas, El nos da la oportunidad a cada uno en particular de tomar nuestra
propia decisión.
Cada cabeza es un mundo… pero
podemos adquirir en este mundo, una cabeza perfecta, capaz de guiarnos,
dirigirnos, cuidarnos, consolarnos… pero más que todo esto, Salvarnos de la
condenación y otorgarnos la vida eterna
que todos anhelamos, y si no oye lo que nos dice Efesios, en sus capítulos 1,4
y 5 hablando sobre Cristo,
1:22 y sometió todas las cosas bajo sus
pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
1:23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
4:15 sino que siguiendo la verdad en amor,
crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
5:23 porque el marido es cabeza de la
mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es
su Salvador.
¿Quién no quiere una cabeza como esta?
“Cada cabeza es un mundo”…. Pero
no todo el mundo tiene a Cristo como Cabeza… yo sí… ¿Y tu?
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