Obedecer y ya
Cuando teníamos nuestros hijos pequeños, les repetíamos una y otra vez que:
“Obedecer era hacer las cosas rápido y
contento”
Fue algo que aprendimos de la Biblia, pues damos
siempre gracias a Dios que Su Palabra pudo ser el manual de vida práctico
diario. Pues nos convertimos a Cristo teniendo a nuestra hija, pequeña y otros naciendo.
Por lo tanto, pudimos aplicar en ellos las
enseñanzas, la disciplina y la amonestación que Dios nos deja en Su palabra,
confiados en que veríamos los resultados a largo plazo.
Ver la obediencia de algunos personajes Bíblicos
en sus diversas situaciones de sus vidas, no deja de seguir siendo asombroso a
mi vida y a mi alma.
Me anima a ser obediente y ya.
Caso #1
Jehová habló a Abram y lo sacó de su tierra ,
mandándolo a un lugar desconocido.
Génesis 12:1-4
Pero Jehová había dicho a Abram: Vete
de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te
mostraré. 2 Y haré
de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás
bendición. 3 Bendeciré a los que
te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti
todas las familias de la tierra. 4 Y
se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de
setenta y cinco años cuando salió de Harán.
Abram siendo un hombre viejo de 75 años, con
comodidades y muchas posesiones, salió de su tierra dejándolo todo a un lugar
desconocido por él.
Solo obedeció y ya.
Caso #2
El caso de Abraham cuando fue llamado a sacrificar
a su único hijo Isaac.
Génesis 22:1-3
Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y
le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a
quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno
de los montes que yo te diré. 3 Y
Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos
siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se
levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.
Abraham ni le comentó a su esposa, ni lo pensó, ni
le respondió a Dios.
Solo obedeció y ya.
Caso #3
Cuando José recibe en sueño el aviso de que Jesús
corre peligro y deben trasladarse a Egipto.
Mateo 2:13-14
Después que partieron ellos, he aquí
un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y
a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque
acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. 14 Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su
madre, y se fue a Egipto,
José ni siquiera esperó que amaneciera el día, se
despertó del sueño, no comentó ni argumentó.
Solo obedeció y ya.
Caso #4
Jesús nuestro máximo ejemplo de obediencia y
sumisión al Padre.
Filipenses 2:5-8
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en
Cristo Jesús, 6 el
cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse, 7 sino que se despojó a
sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a
sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Nuestro Salvador no cuestionó, ni se quejó. Dejó
su trono de gloria, tomó forma de hombre, se humilló y vino al mundo y dio su
vida por mí.
¿ Qué me queda a mí por hacer?
Cuestionar, pensar, opinar, discutir,
esperar…jamás.
Solo puedo obedecer y ya.
Lecturas Matutinas por C.H. Spurgeon
“Señor ayúdame a glorificarte.
Soy pobre, ayúdame a glorificarte
conforme con lo que tengo.
Estoy enfermo, ayúdame a honrarte con
mi paciencia.
Tengo talentos, ayúdame a ensalzarte, usándolos
para ti.
Dispongo de tiempo, ayúdame a
redimirlo para poder servirte.
Tengo un corazón para sentir, Señor,
que mi corazón no sienta otro amor que el tuyo y no se inflame otra llama que
la del amor a Ti.
Tengo una mente para pensar, ayúdame,
Señor a pensar en Ti y por Ti.
Tú me has puesto en el mundo con un
propósito, muéstrame, Señor, cual es, y ayúdame a cumplirlo.
Yo no puedo hacer mucho, pero como la
viuda puso las dos blancas, que constituían todo su haber, yo pongo mi tiempo y
eternidad en tu Tesorería.
Soy todo tuyo, tómame y capacítame
para glorificarte, ahora en todo lo que diga, hago y tengo.”
En Cristo Jesús te lo pido, amén.
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