Mi Testimonio de Visión
(Compartido
en la Conferencia de damas de ICC: ¿TUS OJOS LE IMPORTAN A DIOS?)
Por Yoli de Mallén
Nací, siendo la
segunda hija de tres, de un matrimonio de Dominicanos que se habían mudado a Puerto Rico en el tiempo de la Revolución.
Fui una bebé normal
con unos ojos grandes y aparentemente muy llamativos por sus largas pestañas
que según me contaban “parecía que abanicaban”.
A mis apenas 5 años
de edad visito al Oftalmólogo, por la insistencia y observación de mi madre,
que decía que cuando miraba de lejos a un punto fijo, mi ojo derecho se
desplazaba hacia afuera y hacia arriba.
Mi diagnóstico fue: Desprendimiento de Retina en casi un 80% con pérdida de la
visión.
De inmediato y con
los contactos debidos fui a parar a Nueva York donde me operaron deteniendo el
desprendimiento, pero ya la pérdida de la visión era algo irreversible; solo
conservé para ese tiempo un 20% del reojo y un estrabismo que nunca me dejaron
arreglar, por temor a que causará peores consecuencias.
Mi niñez y
adolescencia fue desde entonces,
temerosa y limitada, pues parte de las razones por las cuales se pensó
ocurrió el desprendimiento fueron:
·
De
nacimiento o congénito.
·
Por
algún golpe.
·
O
hasta por alergia
Y temiendo no pasara
en el otro ojo algo parecido, mi vida fue restringida:
1. Cero juegos ni brincos
bruscos
2. Cero montañas rusas o cosas semejantes
3. Cero deportes peligrosos o extremos
4. Cero gimnasia o ballet
Solo escuchaba…
¡Cuidado! NO, NO, NO puedes, No te conviene; No es prudente… NO, NO , NO no lo
hagas…Yolandita NOOOOOOO!!!!!
Por lo tanto, y sin
más remedio aprendí cosas tranquilas, y
manualidades: bordado, tejido, costura, pintura. Y aún así tuve mis inconvenientes por incapacidad y ninguna precisión como lo fue con:
El Punto de Cruz… jamás pude lograrlo
El Tennis… ni pensarlo, suspendidas las clases
En Ping-pong… llegue hasta ser EXONERADA en la
Universidad por no pegar ni a una
bolita.
Y qué si les cuento las veces que me
tropiezo y chocó con personas, carritos del supermercado, hasta esquinas o
puertas abiertas que no veo del lado derecho.
Todo esto produjo en
mí una joven acomplejada en extremo, temerosa a todo, indecisa, super tímida y recogida. No me atrevía a mirar
a los ojos, pues la gente no me veía los
míos atendiéndoles.
Peleé y discutí con Dios sobremanera, pues no entendía ¿Por qué a mí? Cuando mis
padres y hermanos ni lentes usaban. Por qué yo merecía eso.
Trataba de disimular
de varias formas mi problema:
Siempre
sonriendo, pues así cerraba los ojos.
Usaba
lentes de sol enormes, pues me escondía tras ellos.
Usaba
pollina o recortes de pelo en la cara.
Aún envuelta en todos
estos traumas y complejos, pues se añadieron muchos más a los ya
mencionados; conocí al compañero
PERFECTO para mi vida, mi esposo amado
José, él me aceptó tal cual era y a su lado fueron mejorando algunos de mis
complejos.
Pero todavía quedaba
el de bizca o tuerta, solo tenía que mirarme al espejo, día tras día, aparte de
la gente verificando si yo les hablaba a ellos o al de atrás, otros se atrevían
y me preguntaban a lo claro ¿tú me miras
a mí, y por qué se te vira el ojo?
Para las fotos era un lío, “Señora mire aquí
por favor, al bombillito…o me está mirando donde le digo”….etc.
Fue entonces cuando
apareció el Señor en mi vida, El vino a buscarme, pues yo no lo buscaba, yo
tenía todo lo que cualquiera puede desear: un excelente esposo, una casa
propia, dinero suficiente, era madre de una niña y venía otro en camino, no
tenía necesidad aparente de nada. Pero sí un vacío y una soledad íntima enorme
en mi corazón, del tamaño de Dios.
Como decía… el Señor
vino a mi encuentro, así dice la
Escritura: En Romanos 3:11
3:11 No hay quien entienda.
No hay quien busque a Dios.
No hay quien busque a Dios.
El Señor me abrió los
ojos espirituales por Su inmensa Misericordia y pude ver a través de Su
Palabra. Poco a poco entendí lo que dice Éxodo 4:11
4:11 Y Jehová le
respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al
que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová?
Comprendí y acepté lo que Dios había hecho conmigo….
Y todo lo que había
vivido como maldiciones y fracasos… se volvieron en BENDICIONES; el Señor me
permitió dar testimonio y:
1. Pude ser consuelo a personas con problemas de pérdida
de un ojo por accidente ¡NO es el fin!
2. Pude ser ejemplo a personas con limitaciones de otro
tipo de cómo seguir adelante en la vida
sacando provecho en otras áreas.
3. Pude ser consuelo a madres que le nacieron hijos con
problemas de visión en su retina. ¡se pueden lograr muchas cosas! NO teman.
4. Pude hablar con jóvenes monoculares traumatizados como
yo, sin esperanza en su vida futura. ¡Es mucho lo que podemos hacer!
5. Llegué a ser una Profesora por 23 años dónde era
difícil fijarse pues no sabían dónde era que estaba mirando.
6. Llegué a recibir el mejor piropo de mi vida de un niño de 7 años que cuando le expliqué
, respondiendo a su pregunta, que mi ojo se volteaba a su antojo para donde él
quisiera… me dijo “GENIAL” WAOOOO.
Estamos claro, todos tenemos diferentes limitaciones en la
vida pero lo importante es aprender de ellas
y sacarles el mejor provecho. Solos, es difícil… pero con Cristo todo se puede,
pues es nuestra fortaleza.
En mi carne yo sé lo
que es NO VER (solo tengo que cerrar un ojo) sé lo que es ver a medias
literalmente, pues con el tiempo por aparición de una catarata he perdido la visión total del ojo
derecho.
Viví en un mundo en
oscuridad: con falta de gratitud, rebeldía e insatisfacción conmigo misma, un
mundo de miedo, angustia, soledad, tristeza y vacío total.
Pero ahora con el
Señor encontré sentido y propósito a todo lo que me había ocurrido.
Dios lo tenía en Su Perfecto Plan Divino para mí, y solo
para mí, especial para mí, ¿Cómo va a querer mi Padre Dios tan amoroso algo
malo para la niña de sus ojos, Yo?
Por lo tanto:
- De falta de gratitud… pasé a ser agradecida.
- De rebeldía… pasé a la obediencia incondicional.
- De insatisfacción… paseé a la confianza plena.
- De miedo y angustia… pasé al verdadero temor y reverencia al Dios
Todopoderoso.
- De soledad y tristeza… pasé al gozo inefable.
- Y del vacío espiritual… pasé a la llenura total del Espíritu Santo de Dios.
Con mis ojos
naturales…. Tengo limitaciones.
Pero con mis ojos espirituales NO tengo
límites…
- Puedo ver y entender la Santa Palabra de Dios.
- Puedo ver la obra del Espíritu Santo en mi vida.
- Puedo ver las maravillas y misericordias de Dios
trabajando en mí, cada día.
Ejemplo de esto es que ahora a mis 60 años, el Señor me permitió una operación de
estrabismo y se ha podido corregir la desviación casi por completo. NO la
visión, pero por primera vez en mi vida he visto mis ojos derechos, todo
gracias a las misericordias inmerecidas de mi Señor, a Sus regalos para mi.
- Estoy segura que mi vida no termina aquí
sino que tengo vida eterna cuando
esta termine.
- Entiendo por qué nací, la vida que he tenido y
para dónde voy.
- Y lo más Glorioso es que podré ver a mi Señor y
Salvador, pues en Apocalipsis 22:3-5 dice que le veré
cara a cara y reinaré por los siglos con Él.
22:3 Y no habrá más maldición; y el trono
de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,
22:4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.
22:5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.
22:4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.
22:5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.
Y ya no hay más nada
que decir…
Dios les bendiga.
Bendito es nuestro Dios tía Yoly! Por su gracia somos más que vencedores! Un abrazo!!😊
ResponderEliminarSiempre te recuerdo amada hermana. Hermosa por todas partes.
ResponderEliminarHERMOSO,TESTIMONIO QUE AYUDA A MI VIDA.
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