¿Quién no tiene memorias?
Todos tenemos memorias, pues vivimos haciéndolas a
veces conscientes, pero muchas veces sin darnos cuenta.
Puedo hacer memorias a propósito: puedo tomar fotos, puedo hacer un álbum, puedo
guardar una flor y hasta plastificarla, puedo quedarme con una prenda favorita
de esa persona, o tener algo relacionado al lugar visitado, puedo hacer un
video, guardar y recordar con una canción especial, puedo escribir algo, puedo
comer algo que me recuerde esa persona especial o aquel preciso momento…en fin
hacer memorias no es tarea difícil.
Cuando nacemos y somos pequeños somos parte de las
memorias de otros, nuestros padres mayormente.
Pero a medida que somos jóvenes y vamos madurando,
empezamos a querer tener nuestras propias memeorias.
Más y más son las memorias que tenemos, a medida
que nuestra vida avanza.
Si todavía no a quedado claro, Memorias son
recuerdos, experiencias vividas, lugares visitados, personas conocidas que no
queremos olvidar, acontecimientos de nuestra vida que han sido importantes para
nosotros.
Agradezco a mi Señor que hoy puedo disfrutar de
muchas hermosas Memorias que llenan mi vida.
Mi esposo fue una tremenda pieza que me ayudó a eso;
pues su ánimo diligente y espíritu aventurero y misionero, hizo de nuestra vida
un tiempo con muchas, pero muchas memorias.
Fueron muchas las salidas, viajes y paseos solos,
con la familia y como misioneros(para llevar la Palabra de Dios) dentro y fuera
del país.
Visitamos, conocimos y compartimos con muchas
personas y lugares que forman parte de esas gratas memorias.
Para los 9 de Octubre mi esposo celebraría su
cumpleaños, y recordarlo es un delite. Pudiéramos hablar de sus anécdotas,
historias, o quizás comer lo que le gustaba, o su postre favorito, o hacer
cualquier cosa en su memoria.
¡Tendríamos un tiempo maravilloso!
Pues así de maravilloso es observar que en la
Palabra de Dios, también está la idea de Memorias.
Pues el mismo Señor Jesucristo nos dejó instituido
la celebración de la Santa Cena, para realizarla como un recordatorio de Su
obra perfecta en la cruz. Haciendo memoria de Su cuerpo partido y Su sangra
derramada por mis pecados.
1 Corintios 11:23-6 nos dice claramente,
23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he
enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;
24 y habiendo dado gracias, lo
partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido;
haced esto en memoria de mí.
25 Asimismo tomó también la copa,
después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi
sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
26 Así, pues, todas las veces que
comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta
que él venga.
El Señor mismo nos dejó Memorias para ser
recordado.
Disfruto mucho mis memorias, y también disfruto de
manera muy especial las memorias recordando la obra a mi favor de mi Salvador
Jesús.
¿Has pensado en tus Memorias?
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