Déjale Entrar
Por Yoli de Mallén
Si el Cáncer toca
tu puerta… déjale entrar.
¡Parecería una
locura lo que acabo de decir!
Pero mis
queridos amigos y hermanos, ya lo hemos vivido y estamos viviendo todavía y ha
sido una tremenda experiencia.
Mi esposo ha
sido diagnosticado con cáncer de vejiga.
Sabemos que a
los que aman a Dios, todas las cosas obran para bien, pues así es.
No voy a negar
que cuando el cáncer tocó a nuestra puerta fue un tiempo diferente y difícil, pero
este sirvió para un sinnúmero de bendiciones como:
1.
Acercarnos
más a Dios de manera especial e íntima en todo momento.
2.
Confiar
plenamente en el Todopoderoso sabiendo que tendrá lo mejor para nuestra vida aunque
sea diferente de lo que deseamos.
3.
Poder
ver y apreciar a un pueblo orando y clamando de rodillas unos por los otros,
como una tremenda muestra de amor.
4.
Saber
que el Dios que Era, y que Es y que siempre será nos escucha, y más que eso nos
complace y responde y no nos abandona.
5.
Poder
ver Su mano Poderosa actuar de manera milagrosa, que nuestro Dios es Jehová
Rafa, el Dios que Sana.
Ha pasado, y el tiempo vivido a nuestros ojos parece muy largo.
Por momentos, todo se ve oscuro y sin final.
Nos hemos preparado mentalmente aún para recibir la muerte,
entendiendo que esto también sería bueno; por la seguridad de salvación que
Dios ha puesto en nuestro corazón.
Seguridad de ser sus hijos, de Su amor y cuidado, de Su compañía
permanente, de la vida eterna que nos tiene reservada.
Este tiempo nos ha dado la hermosa oportunidad de ser luz de conocer
personas y poder darles testimonio y hablarles de Cristo.
Nos ha permitido ver el amor de hermanos y amigos que no han
dejado de estar atentos a todas nuestras necesidades, y nos han sorprendido con
pequeños y con grandes detalles.
Nos ha permitido serle de ayuda a otros que vienen detrás siguiéndonos
con el mismo diagnóstico.
Poder serles de consuelo y de ánimo.
Dicen que el paciente de Cáncer cuando abre sus puertas y le
deja entrar, es para quedarse; solo que algunas veces está muy activo y visible
y se siente su presencia y otras queda muy resagado, dormido y casi imperceptible
su presencia.
Por lo tanto, hay que seguir estando muy atentos y alertas para
ver su comportamiento muy de cerca.
En este período de nuestra vida pudimos escuchar algo que no
quiero dejar de mencionar pues fue para nosotros de mucha ayuda:
-
Cuando
Ud. oiga la palabra “Cáncer”, no se asuste… es lo mismo que oír, diabetes, colesterol
o presión alta.
Si el cáncer toca a tu puerta…déjale entrar y atiéndelo bien,
dale la prioridad que merece.
Has todo lo que de tu parte puedas y tengas que hacer…y déjale a
nuestro Dios la parte que no podemos resolver.
Veamos la mano del Dios de lo Imposible.
Veamos Su trabajo.
¡Quedaremos maravillados y agradecidos!
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