El Día Malo
Por Yoli de
Mallén
¿Quién puede decir
como yo, que ha pasado no uno sino muchos días malos?
La Palabra de Dios
menciona también el DÍA MALO…
¿Pero estaremos
claros en cual es el DÍA MALO que habla la Biblia?
O ¿Consideramos
Malos, aquellos que a nosotros nos parecen, pero no a Dios?
En la vida pasamos
por muchos momentos y situaciones que no nos parecen perfectas ni como las
planeamos, por tanto podríamos decir que son malos momentos, aún días o semanas
o meses malos.
Podríamos
citar muchos que estoy segura Uds. han
pasado igual que yo:
1.
Estoy
ya lista para salir, cambiada del todo… y me derramo café arriba. ¡Horror!
2.
Estoy
planchando la camisa blanca de mi esposo y ya al final se me ensucia de óxido
cuando le echo el almidón en el cuello… ¡A lavarla de nuevo!
3.
Es
el cumpleaños de mi hijo o nieto en el patio, globos, mesitas, arreglos… y
comienza a llover a cantaros antes de llegar los invitados.
4.
Preparando
la cena para los invitados especiales, ya terminando se ahuma el arroz… ¡Qué
horror!
5.
Vamos
de camino a unas tremendas vacaciones de unos 3 días. ¡Por fin! Y de camino,
nos chocan por detrás… todo suspendido, para la policía.
6.
Anuncian
que viene una tormenta fuerte y justo nos pasará medio a medio de nuestro país
donde vivimos… y mi casa no es muy resistente.
7.
Haciendo
fila para ir a ver el circo, entre tanta gente… justo a mi me roban la cartera.
8.
Hoy
amanecí con un terrible dolor en todo el cuerpo, y de garganta, escalofríos y fiebre alta…
debe ser tremenda gripe que viene.
9.
Tan
bien que estaba hasta que me caí y me disloque el tobillo… ahora un mes de
yeso.
10.
Es
el día de mi boda esperada, se me ocurrió pedir mi vestido soñado fuera y
todavía no llega… ¿Qué haré?
Estos son solo unos
cuantos ejemplos de momentos, días, semanas o meses que podrían considerarse malos.
Pero sería este el
DIA MALO que dice en Efesios 6:10-13 donde dice:
6:10 Por lo demás,
hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
6:11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
6:13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
6:11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
6:13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Si vemos
detenidamente de lo que se nos protege al usar la armadura de Dios, según
Efesios; ella nos protege contra todos los ataques del enemigo que tienen que ver con nuestra vida y
condición espiritual.
En nuestra vida no
tenemos lucha contra sangra ni carne, sino contra huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes (V.12)
Todo con el único empeño de desviarnos de la verdad del evangelio y de los principios de Dios y de Su Palabra.
Para ello trata de
engañarnos usando la mentira, la injusticia, la duda, la falta de fe y hasta la
incredulidad.
Algunos ejemplos
prácticos que pudieran dejarnos ver el verdadero DÍA MALO serían:
1.
Ese
día que no quiero ir al templo, y prefiero quedarme a ver una película en mi
casa.
2.
Cuando
me levanto rápido y no saco tiempo para orar ni hacer mi devocional ni
entregarle al Señor el día.
3.
Cuando
vienen dudas de mi Salvación a mi corazón y le doy cabida.
4.
Cuando
empiezo a ver que los impíos viven mejor que yo.
5.
Cuando
justifico mi mala conducta al compararme con creyentes que no andan debidamente
delante del Señor.
6.
Cuando
desobedezco lo que dice la Biblia aún consciente.
7.
Cuando
dudo de la inerrancia o veracidad absoluta de la Palabra de Dios.
8.
Cuando
pienso que el Señor no está escuchando mi petición.
9.
Cuando
las cosas del mundo (música, modas, artistas etc.) empiezan a atraerme y a
desviar mi mirada y atención del Señor de mi Salvador.
10.
Cuando
quito al Señor de ser el centro, Amo y Dueño absoluto de mi vida y lo destituyo
de ser lo más importante sobre todas las cosas.
¿Cuántos han pasado
por verdaderos DÍAS MALOS?
Creo que si somos
sinceros, todos hemos pasado y pasamos continuamente por “Días Malos”; porque definitivamente
no puede haber otro día tan malo sino aquel que nos aparte de nuestro Señor y
Salvador, aquel que enfríe nuestra comunión Intima con el dador de la Vida, aquel día que nos apague la presencia del
Espíritu Santo en nuestro corazón.
¡Ese si es un día malo! !Evitémoslo mientras podamos!
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