Mi Verdadera Vida
(Testimonio de Conversión de Yoli de Mallén)
Estaba casada con el mejor marido del mundo: buen mozo, amoroso, amigo, buen padre y
profesional con trabajo.
Vivía en mi
casa propia, en un buen residencial.
Tenía una hija preciosa y estaba esperando mi Segundo
hijo.
Había viajado, y tenía todo cuanto podía desear:
dinero, amigos, antojos…
¿Por qué no era feliz?
No lo entendí hasta que tuve un encuentro personal con mi Cristo.
Se nos predicó la Palabra de Dios, a través de un
primo y socio.
Y esa noche por la misericordia de Dios, se nos abrió
el entendimiento.
El saberme pecadora e inmerecedora del cielo, y que si
el Señor venia por su iglesia… yo no iba… información que nunca había escuchado
antes, fue suficiente para que el Señor
obrara en mi Corazón y tomara la decisión de entregarle mi vida a El por
completo.
El vacio, desasosiego y falta de paz, que tenía antes fue trasformado en un Nuevo
Corazón, y una VERDADERA VIDA.
Ahora experimentaba
la llenura del Espíritu Santo y su fruto de gozo, amor, paciencia, fe, benignidad, bondad, mansedumbre, paz, y
templanza; gobernaban mi vida y mi corazón.
Ahora a medida que estudiaba la Palabra de Dios,
entendía mi presente, mi pasado, mi futuro, el propósito de mi vida y el gran
amor de Dios a mi favor.
Entendí la obra de Cristo y su muerte en la cruz, como único medio de alcanzar salvación a mi
alma y perdón a mis pecados.
Mi marido y yo tuvimos el privilegio de nacer de Nuevo
el mismo día y desde entonces no ha cesado nuestro amor, servicio y dedicación
por nuestro común Dios y Salvador.
A poco tiempo, de creyentes, mi esposo se dedicó a
tiempo completo a la Obra como pastor,
comenzando la Iglesia de Convertidos a Cristo; y mi único deseo es y
será no serle jamás de tropiezo para que pueda él cumplir fiel su ministerio, del cual me
siento honrada de compartir a su lado.
Solo tengo como meta, poder terminar la carrera a su lado y que ambos
podamos ser hallado fieles, ante nuestro Salvador, con nuestro trabajo y
desempeño; cumpliendo cada uno en su área
con su rol correspondiente. Yo como
ayuda idónea y él como siervo del Señor.
Sé que dentro de los planes divinos estaba el unirnos
en matrimonio, así mismo, juntos nos llamo a conversión; nos ha dado
una Hermosa familia llena de hijos y nietos; y nos ha dado una vida de trabajo juntos en
la obra de Cristo.
Y todavía más, pasaremos juntos la eternidad… díganme Uds. Si esta no es la ¡Verdadera Vida!