Un blog con contenido bíblico para cubrir las necesidades espirituales de la mujer de todos los tiempos.
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jueves, 14 de agosto de 2014

“Un Regalo Inesperado”

Por Yoli de Mallén



¿Habrá alguien que no le gusten los regalos?

Siempre hay motivos para regalar y para que te regalen: cumpleaños, aniversario, boda, nacimiento, día de la amistad, navidad etc.

Pero no sé si piensas como yo; que uno de los mejores regalos son aquellos o aquel que llega sin esperarlo… de sorpresa.

Nuestros seres queridos pueden tratar de esmerarse en cumplir esta demanda y la pueden lograr muy bien.

Pero nada se compara el ver cuando Nuestro Gran Dios Todopoderoso se detiene a complacer un insignificante deseo de nuestro corazón.

A veces es algo que ni siquiera hemos exteriorizado, que nadie sabe, no lo hemos hablado con nadie, que ni siquiera es tan importante ni imprescindible para nuestra vida, y aún así  vemos como Dios lo permite y se hace una realidad.

 Puedo mencionarte cosas tan simples  y tontas como estas:

  • Desearía un helado de tal marca o sabor…. Y te invitan a tomar helado.
  • No tengo ese lápiz de labio color coral… y te lo regalan.
  • No tengo como ir al supermercado…aparece una llamada: ¿mami me necesitas para algo?
  • Quisiera descansar…. Me da gripe y tengo que descansar.
  • Hace mucho que no sé de un ser querido de afuera…. Recibo la llamada.
  • A  veces solo pienso “No quiero cocinar hoy”…  y sin razón, piden la comida o eres invitada a casa de un hermano a comer.
  • No tengo el dinero completo… y aparece un sobre para ti con una ofrenda especial.
  • No tengo dulces para los nietos… y te regalan una fundita de chocolates que te trajeron de fuera un hermano que llegó de viaje.
  • Te sientes sola… y recibes una llamada de alguien que se acordó de ti y estaba orando por ti.
  • Me gustaría testificarle a alguien y no puedo salir… te tocan a la puerta o llaman por teléfono alguien equivocado.
Hemos visto la mano de Dios y cómo Él nos agrada y complace y nos provee de aquellas “Sorpresas”, nos hace esos REGALOS INESPERADOS. Y nos deja boquiabiertos, admirados,  perplejos, sorprendidos, asombrados.

¡Qué gozo saber que nuestro Dios conoce hasta lo más profundo de nuestro ser, nos conoce en lo más íntimo,  conoce aún nuestros pensamientos!

Y que se detiene a complacernos.
Me complace a mí… tan insignificante y sucia criatura, llena de pecado que solo  puedo amarle y tratar de obedecerle, soy una más, entre todos sus hijos.

 Y pensar que ya Él hizo todo por mí, inclusive me amó primero.
Y todavía me complace en pequeños detalles…

¡No hay otro Dios como Tú!  Ni lo habrá.

Gracias mi Señor,  por haberte revelado ante mis ojos llenos de oscuridad y un día darme de Tu Luz Verdadera para poder ver  y entender tu Preciosa Palabra.

Gracias,  por darme la oportunidad  de comprender y aceptar el más maravilloso REGALO que has dado al mundo y a mí; la Obra de Redención de Tu Hijo Jesucristo; y su muerte en la Cruz y el perdón absoluto de mis faltas y  pecados.

Gracias,  por el regalo de la Salvación de mi alma y la vida eterna

Desde que te conocí mi vida ha estado colmada de regalos; tu Santo Espíritu morando en mi corazón, dones maravillosos para servirte, la manifestación del fruto del Espíritu en mi vida, muestras de misericordia inmerecidas, Tu Provisión diaria, Tu Protección en cada situación, Tu Consuelo cuando lo necesito, Tu compañía permanente, Tu ayuda incondicional, Tus consejos sabios en tu Palabra para cada situación de mi vida, has sido mi refugio, Mi Defensor, Mi amigo fiel…

Mi hermana, si conoces a Cristo… no tengo más nada que decirte, sé que me entiendes y apruebas todo lo que he dicho.

Mi amiga, si no has recibido y aceptado a Cristo como Tu Salvador Personal.  Es un buen tiempo para recibir el más grande y maravilloso REGALO de tu vida.

Rompe la envoltura del pecado que lo amarra, quítale la cinta de la indiferencia e incredulidad, y abre tu corazón para tu encuentro con Jesucristo.

Romanos 8:32 dice,

8:32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿Cómo no nos dará también con él todas las cosas?

¡No pierdas la oportunidad ni dejes que otros te cuenten!

¿Te gustan los regalos?

Qué esperas…




martes, 5 de agosto de 2014

¡A Limpiar!

Por Yoli de Mallén

Hablar de LIMPIEZA… bueno... es hablar en grande.
Hay muchas cosa que necesitan limpiarse.
Algunas continuamente y muy a menudo; y otras cada cierto tiempo.

Hasta nosotros mismos necesitamos limpiarnos; por fuera, nuestro cuerpo completo y por dentro a nivel espiritual.

A mí en lo personal, me encanta la limpieza, sobre todo ver los resultados; todo toma un aspecto diferente, luce como nuevo, brillante hermoso, da gusto verlo.
Por tanto como administradora de mi hogar, trato siempre de mantenerla bien limpia y ordenada, mi casa habla de mí.

Pero hoy quiero hablarles sobre una limpieza en particular que una vez hice en mi vida y en mi casa apenas me convertí a Cristo; y he tratado de nunca más entrar ese tipo de basura y suciedad a ella.

Todo comenzó cuando por primera vez leí en La Palabra de Dios 2 a los Corintios 6:14-18 y el 7:1 que dice:

6:14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?
6:15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?
6:16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos,
Y seré su Dios,
Y ellos serán mi pueblo.
6:17 Por lo cual,
Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,
Y no toquéis lo inmundo;
Y yo os recibiré,
6:18 Y seré para vosotros por Padre,
Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.


7:1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

Eso fue suficiente para comenzar un proyecto de “Limpieza del Hogar”.

Comencé junto a mi esposo a sacar todo tipo de basura espiritual que ensuciara mi Hogar; puesto que ya nosotros habíamos limpiado primero nuestros corazones, recibiendo el perdón de nuestros pecados, al recibir a Cristo como Salvador personal.

Oramos al Señor y le pedimos que nos ayudara a sacar todo lo que no Glorificara Su Nombre, y pudiera ser tropiezo a otros que nos visitaran.
Comenzamos la obra y quedamos sorprendidos al ver tantas cositas que no parecían hacerle daño a nadie, pero que NO Glorificaban el nombre de Nuestro Gran Dios y Salvador.

Les mencionaré algunas de las que todavía, más de 30 años después todavía recuerdo:

1.    Sacamos y rompimos estatuillas de santos y vírgenes católicos.

2.    Cuadros  y medallitas de imágenes de vírgenes, santos, del Sagrado corazón de Jesús, la Santa Cena, Jesús crucificado etc. Los sacamos de nuestro hogar.

3.    Nos deshicimos de rosarios, misales, catecismos,  escapularios.

4.    Sacamos llaveros y accesorios de Nueva Era,  y rabos de conejo y pulseras de buena suerte.

5.    Nos deshicimos de toda música que tuviera letra fea y pecaminosa, música rock, de nueva Era, que abiertamente negara al Dios verdadero.

6.    Todo libro de origen Satánico, juegos de OUJIA, azabaches, angelitos  en forma de niñitos, figuras de Buda y dioses de piedra taínos, los sacamos.

7.    Rompimos películas y videos de magia, brujas, vampiros, falsas doctrinas, pornografía, violencia extrema, torturas, escenas dañinas a nuestros ojos.

8.    Sacamos toda ropa indecorosa,  provocativa e  indecente; que pudiera poner  en juego y dañar nuestro testimonio de creyentes en Jesucristo. Ropa transparente, corta, escotada, apretada, con letreros, fotos y promociones que no edificaban.

9.     Botamos toda la bebida alcohólica y demás vicios como cigarrillos, pipas etc.

10. Revistas, calendarios, fotos  de desnudos y pornografía las quemamos.

No se pueden imaginar la alegría y satisfacción interna cuando terminamos y sentíamos que cada rincón de nuestro hogar estaba limpio y era agradable ante los ojos de Nuestro Gran Dios y Salvador.

Muchas de estas cosas no se notaban a simple vista, pero muy en lo profundo y oculto…Ahí estaban.
Fue una búsqueda insaciable por cada rincón de nuestro hogar, pero valió la pena.

Si no has tenido una buena limpieza últimamente, te animo a que comiences con tu corazón, deja que Cristo lo limpie primero perdonándote todos tus pecados que tanto lo afean y ensucian.

Luego seguirá la limpieza de tu cuerpo y de tu Hogar.
Nada se compara con una buena limpieza, da un nuevo aspecto y belleza especial, TODO se trasforma.


¡Limpiémonos de toda contaminación…!